El valor económico y social de los servicios de información: bibliotecas, (www.fesabid.org) llega en el momento álgido de recortes que nos afectan a todos, y que se ceban sobre todo en educación, sanidad y cultura. Cuando se habla de inversión en este último campo, siempre salen las voces de los más liberales, partidarios de que la ley de mercado regule todos los aspectos de nuestra vida y que abogan porque todos los servicios que ofrece el estado sean rentables. Son los mismos que cuestionan las ayudas y subvenciones que se conceden a la gente del cine, del teatro y a la industria editorial, por poner algún ejemplo de la industria cultural. Pero jamás les oyes cuestionar las subvenciones a la banca, por poner un ejemplo de ayudas que en los últimos años estamos pagando todos con nuestro dinero, pero también con sangre, sudor y lágrimas. Nunca se habían mostrado las cifras tan claras. Dependiendo del sistema de estimación que se aplique, la red pública de bibliotecas aporta a la sociedad entre 3.000 y 4200 millones de euros, frente a una inversión y coste de 1.702 millones de euros por ejercicio. Es decir, que el Retorno de la Inversión, ROI, es de 2,80 y 3,83 por euro invertido, segúns se calcule con un baremo u otro. La cifra más baja, algo más de 3.000 millones, se obtiene del cálculo que resulta de la “asignación de precios de mercado” (APM) a los servicios que prestan las bibliotecas a los investigadores, profesores universitarios, profesionales, alumnos y usuarios de bibliotecas públicas. Por su parte, la cifra más alta es la que arroja el cálculo conocido como Valoración Contingente (VC), es decir, de la estimación de los usuarios de lo que hubieran pagado por un servicio si lo hubiera prestado una empresa privada– 3.561,9– a lo que se añade lo que los no usuarios están dispuestos a pagar mediante impuestos para el mantenimiento de las bibliotecas, 676,6 millones. Es decir, pura lógica de mercado, capitalismo en vena, donde no queda lugar a dudas de que la inversión en bibliotecas es siempre rentable. Lo avisan los autores del informe, un equipo coordinado por José Antonio Gómez Yáñez, “el estudio pretende evaluar la aportación de las bibliotecas al bienestar, la economía y la producción científica del país (…) Más allá de su interés científico o académico, la idea central de la investigación es instrumental: dotar a los responsables de las bibliotecas y, también, de otros centros de documentación, de un instrumento que permita argumentar y mostrar su aportación global para defender sus posiciones en los procesos de negociación de presupuestos y asignación de recursos dentro de sus organismos públicos y privados. Esto implica dar a conocer a los responsables políticos el valor de las bibliotecas como impulsoras del desarrollo económico, social y científico del país a partir de datos objetivos”. Las cifras eran esperadas y previsibles, pero además el informe arroja datos esperanzadores y hasta sorprendentes. A pesar de la bajada de ingresos y subida de precios e impuestos generalizada que estamos viviendo los ciudadanos, el hecho de que los no usuarios de bibliotecas– aquellos que no van porque no tienen tiempo o no tienen un centro cerca, porque tienen medios económicos suficientes para adquirir todo lo que puedan necesitar de éstas o, simplemente, porque no les interesa en absoluto el hábitat bibliotecario– están dispuestos a aportar una media de 32,1 € de impuestos al año para el mantenimiento de éstas. Y eso nos devuelve la fe en el ser humano y nos hace ver que no todo está perdido. Ahora solo nos queda ser capaces de convencer a los políticos de que dotar de presupuestos dignos a las bibliotecas no es gastar. Es una inversión con retorno.]]>
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Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com