http://bit.ly/MQmC44, y recordándole, entre otras cosas, que de las aulas de biblioteconomía salen tantos hombres como mujeres. Eso para empezar. Desde Cataluña cuestionan que el paso de lo analógico a lo digital sea razón para acabar con la profesión de bibliotecario. Y defienden que, muy al contrario, las nuevas tecnologías abrirán más el abanico de servicios ofertados desde la biblioteca y harán más necesario al l bibliotecario en su labor de documentalista que selecciona, filtra y ofrece la información apropiada y a medida de cada usuario, aunque esa información ya no tenga formato físico sino digital. En el COBDC lo definen como arquitectos de la información, profesionales en big data. Todas las voces expertas apuntan en la misma dirección, con la llegada de las nuevas tecnologías, las bibliotecas dejarán de ser un mero contenedor del que tomar prestados los libros– una función que ya puede hacerse desde casa mediante un ebook, tableta u ordenador–, pero será cada vez más un centro que ofrezca muchas otras experiencias irremplazables por las nuevas tecnologías. Y curiosamente una de las labores más importantes que harán los centros en el futuro (los que no lo hacen ya) es la de permitir el acceso a esta nuevas tecnologías a todos los usuarios y formar a los no nativos digitales para evitar la brecha digital. Es decir, trabajar por la igualdad. Y por solo mencionar otros servicios off-line de las bibliotecas podríamos recordar los clubes de lecturas presenciales, los talleres y cursos que se imparten sobre muy diversas disciplinas, como derecho fiscal o decoración de galletas (veáse el caso de la Biblioteca de Castelledefells en Infobibliotecas 6), las actividades de fomento a la lectura y las labores asistenciales. Es decir, la biblioteca será más un lugar de encuentro, de vivir experiencias y de aprendizaje compartido. Posiblemente, cuando todos seamos ya nativos digitales, el préstamo de libros físico quedará relegado a una función minoritaria, pero seguiremos necesitando a los bibliotecarios para buscar, seleccionar, organizar y gestionar toda la información en un mundo que cada día genera más y más datos. En su contrarréplica http://bit.ly/1aVqf3B, Xavier Sala i Martin aporta datos (todos ellos referidos a Estados Unidos) que muestran que desde 1990 el número de bibliotecarios ha descendido en un 30%, pero no ofrece una explicación de por qué. Sí deja un dato curioso, desde 1990, fecha en la que comienza la disminución de bibliotecarios en Estados Unidos comienza a subir el salario de los bibliotecarios en comparación con el sueldo medio de los trabajadores americanos y en los últimos 23 años ha pasado de estar en igualdad con la masa laboral del país, 27.680 $, a situarse un 37% por encima; 40.000 $ frente a los 29.185 que cobra de media la masa laboral. Se entiende pues que el trabajo de bibliotecario es cada día más especializado y más productivo. Queremos cerrar con una frase que nos llena de optimismo. En el número 7 de Infobibliotecas, María Antonia Carrato, Subdirectora General de coordinación bibliotecaria del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, nos avanza que están a punto de lanzar un estudio de prospectiva sobre la biblioteca en los nuevos entornos.“Seremos testigos de muchos cambios en los que influirá la tecnología, los flujos de información y la forma en que esta será demandada por el ciudadano. El paradigma es digital y los espacios mucho más creativos e innovadores. Lo importante es que las profesiones ligadas a la información tienen un gran futuro y por tanto los bibliotecarios, como expertos en la gestión de la información, serán cada vez más necesarios”]]>
About Vicente Funes
Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com