La programación habitual de la televisión generalista (término feo donde los haya, sin duda, promovido por las plataformas de streaming para hacer que pases por caja) por estas fechas unificaba generaciones. Mujercitas, Mary Poppins, ¡Qué bello es vivir! y, sin duda, alguna de las versiones del Cuento de Navidad de Charles Dickens. En este último caso, casi siempre en formato telefilm; porque la versión de 1951 ya solo la recuerdan los boomers. Televisión generalista y boomers: dos términos generacionales ideados para arcaizar los restos del siglo XX.
Pero centrémonos un poco. Este año repetir de manera formularia los deseos de felicidad navideños sin mención a lo que hemos vivido, y estamos viviendo, en este 2020: se hace imposible. Esta Navidad todos somos Mr. Scrooge, el ávaro anciano protagonista del clásico de Dickens. No porque necesariamente seamos unos usureros egoístas, allá cada cual con sus circunstancias: sino porque, tal como le sucedía al viejo misántropo: nuestras Navidades pasadas parecen haber transcurrido casi en otras vidas.
Pero quien lleva años ganándose a pulso el título de nuevo Mr. Scrooge, de manera plena, es Jeff Benzos. Al menos desde perspectiva bibliotecaria.
En estas últimas semanas, bibliotecarios de todas las comunidades, no han despegado el auricular de sus orejas resolviendo dudas, reclamaciones e incidencias que se han planteado a raíz del cambio de la plataforma eBiblio. Como si de un fantasma del pasado reciente fuera: el asunto de la incompatibilidad del dispositivo Kindle con la plataforma ha resurgido en más de una ocasión. Es cambiar algo para que, cuestiones que se creían asumidas, resuciten como nuevas.
Mientras, en los Estados Unidos, las bibliotecas siguen batallando para no ser marginadas del mercado de los libros electrónicos. Las declaraciones del director de la biblioteca del condado de St. Mary en Maryland, Michael Blackwell, resumen bien el espíritu con el que los bibliotecarios estadounidenses se plantean dar batalla frente a las prácticas monopolistas de gigantes como Amazon:
“No debería necesitar una tarjeta de crédito para ser un ciudadano informado. Es esencial que los libros sigan siendo una fuente de información y que estos libros se descubran democráticamente en las bibliotecas ”
La industria del libro debe seguir generando beneficios; pero esa obviedad no se contradice con que las bibliotecas puedan poner al alcance de todos los libros digitales. El grupo de defensa ciudadana especializado en tecnología, Fight for the Future, ha conseguido 15.600 firmas para que se entablen acciones legales contra la negativa de vender a bibliotecas.
Que la pandemia ha incrementado el poder de Amazon sobre el orbe entero es notorio. Más allá de las cuentas de resultados que los medios airean de vez en cuando: sobre todo por las resistencias que desde diversos ámbitos le surgen al gigante comercial.
Si en una licencia literaria le concediéramos personalidad, más allá de la jurídica, a Amazon: el fantasma de las Navidades pasadas le mostraría ciudades llenas de vida, de comunidad, de relaciones humanas; gracias al pequeño comercio. El fantasma de las Navidades presentes le enseñaría cómo tenderos, libreros, artesanos, creadores o bibliotecarios: se organizan para librar batallas por su supervivencia.
Es el caso de la plataforma para comercio digital de los libreros independientes estadounidenses Bookshop.org; o plataformas como la catalana la Zona, impulsada por la cooperativa de economía social catalana Opcions, que aspira a favorecer el comercio local, ecológico y sostenible. O políticos, como los franceses, que optan por combatir abiertamente al gigante con declaraciones como las de la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, alentando a sus conciudadanos a que no compren en Amazon.
La última barricada levantada a la expansión salvaje de Amazon ha unido a libreros con Correos. Según informa ‘El País‘, el Ministerio de Cultural ha llegado a un acuerdo con Correos para rebajar el precio que pagan los clientes de las librerías por el envío de libros a domicilio.
La resistencia al gigante amazónico se está organizando, cada vez más, para evitar que la visita del fantasma dickensiano de las Navidades futuras nos muestre un panorama de infinitas colmenas habitadas por laboriosos consumidores aislados.
Sin otros espacios urbanos que no sean los de tránsito. Ciudadanos sin otra ciudadanía que la del consumo: empobreciéndose, unos a otros, al gastar los rendimientos de su trabajo en aras de un ente lejano y omnipotente que lo domina todo.
Pero puede que el fantasma de esas Navidades futuras haya visitado anticipadamente a Benzos.
Un portavoz de su compañía aseguraba recientemente estar en negociaciones con la Biblioteca Pública Digital de América. Según sus palabras: «Creemos que las bibliotecas tienen un propósito vital para las comunidades de todo el país y nuestra prioridad es hacer que los libros de Amazon Publishing estén disponibles de una manera que garantice un modelo viable para los autores«. ¿Se concretarán estas palabras en acuerdos concretos en el 2021? Algo más para sumar a los buenos propósitos de año nuevo.
Y para cerrar nos quedamos con una franquicia con tintes de multinacional: Star wars. El éxito de la serie The Mandalorian ha inspirado a la ALA (American Library Association) para un cartel en el que el personaje de Baby Yoda invita a la lectura. Tal vez el gigante de Jeff Benzos podía tomar nota. El combo multinacional Disney-LucasFilm, que está detrás de este spin off de Star Wars: ha cedido los derechos para que la ALA pudiera convertir al pequeño Yoda en aliado de la lectura.
Un ejemplo de que el futuro tiene que basarse en alianzas y colaboraciones más que en estrategias comerciales abusivas. Precisamente, ficciones como Star wars, promueven la resistencia ante los abusos imperialistas en sus argumentos. Lo coherente sería llevar esos principios a la práctica por parte de los imperios que realmente dominan la galaxia. Que nadie olvide que antes de Amazon, Netflix, Disney o HBO: las bibliotecas estaban dando cabida a todos sin dejar por el camino a nadie.
Dicho lo cual solo nos queda concluir este cuento de Navidad peculiar deseando, desde Infobibliotecas, unas ¡¡Felices fiestas y un 2021 lleno de cultura!!
About Vicente Funes
Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com