Lo que la literatura ha unido que no lo separe el hombre

 

Es un lugar común, en cualquier artículo sobre la vida en pareja, lo mucho que une el hecho de compartir aficiones. En todo cuestionario de cualquier web para buscar pareja, siempre queda bien incluir un apartado sobre aficiones literarias (bueno en la célebre Ashley Madison, no creemos que lo literario importase mucho, pese a los ríos de tinta que hizo correr en su día).

Por eso, el hecho de que en el especial de Halloween de los Teleñecos en el canal Disney + de este año, la diva Miss Peggy intercambiase disfraces y amabilidades con su ex la rana Gustavo (el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo): hizo saltar todas las alarmas. La cerda, siempre dispuesta a poner los puntos sobre la íes, concedió una entrevista posterior al medio sobre cotilleos de Hollywood ‘E! News. Y declaró que todo era una fantasía, que seguían sin ser pareja; y que fue una cosa muy linda producto de la buena relación que mantienen desde su ruptura sentimental; allá por 2015.

Cuando su amor de trapo parecía durarero y con futuro ambos protagonizaron una deliciosa campaña de promoción a la lectura. Su amor por los libros fue una de esas aficiones que ayudaron a que su amor superase las barreras que les imponía su pertenencia a diferentes especies. Pero eso no les ahorró el aluvión de comentarios que siguieron a su ruptura en aquel entonces.

Que si el hecho de que el reportero más dicharachero de Barrio Sésamo hubiera iniciado una relación con la cerdita Denise, más joven que Miss Peggy, era una perpetuación de los estereotipos; que si el hecho de que Miss Peggy hubiera sido galardonada por las feministas estadounidenses: incidía en la imagen arisca, totalitaria e intransigente de lo que se ha dado en denominar como feminazis…

Y así un largo rosario de polémicas en derredor, que puede que lleven a muchos a enarcar la ceja, pero que en los Estados Unidos, los medios toman mucho más en serio de lo que podría suponerse.

En el país del dólar, cualquier fenómeno de la cultura popular es susceptible de ser analizado en clave académica. La mejor forma de analizar nuestro tiempo; pasa por estudiar a los fenómenos y protagonistas de la cultura popular. Y estos estudios culturales parece que, poco a poco, van llegando a nuestro país. Pero volviendo a la separación de Miss Peggy y Gustavo, dada la visceralidad y amor por la literatura de Miss Peggy; lo raro es que no se decidiera a publicar un libro sobre su relación. Habría venido a sumarse a una larga lista de venganzas literarias que han tenido como protagonistas a grandes nombres de la literatura.

 

Norman Mailer, tal vez el escritor con más ex esposas, cuya venganza fue escribir un libro.

 

Adele Morales, la segunda esposa del escritor norteamericano Norman Mailer, esperó hasta 38 años para vengarse por escrito de su famoso marido. Tenía razones de sobra para hacerlo. En 1960, tras una más de sus desenfrenadas fiestas, el autor de Los desnudos y los muertos, la apuñaló. Claro que ella tampoco se quedó corta intentando atropellarlo con su coche. Lo de Mailer bate todos los récords, no ya por sus seis matrimonios: sino por el número de ex esposas afrentadas que recurrieron a la letra impresa para vengarse de él.

La actriz Claire Bloom (Candilejas, Poderosa Afrodita, El discurso del rey) se casó con Philip Roth en 1990 tras 15 años de convivencia. No se puede decir que fuera una pareja de jóvenes inexpertos, pero en su libro Adios a una casa de muñecas, la actriz saldaba cuentas con el genial escritor haciendo un pormenorizado repaso a las miserias de su matrimonio.

 

Philip Roth y Claire Bloom cuando eran marido y mujer.

 

Aunque las venganzas literarias más elaboradas y brillantes de la historia, pertenecen por derecho propio a dos mujeres: Louise Colet y Sophia Behrs.

La poetisa Louise Colet, ex amante de Flaubert, sirvió de inspiración para la protagonista de la obra más famosa del literato francés: Madame Bovary. Hoy día, en pleno auge de las redes sociales, que un gran escritor decida inmortalizar tu intimidad en un clásico de la literatura universal: sería el sueño de los miles de internautas que comparten hasta lo más nimio de su rutinario día a día. Pero en el siglo XIX, a Colet no le hizo ninguna gracia. Su respuesta vino en forma de una novela en la que el escritor aparecía como un fanático obsesionado con su obra.

 

Y otra novela fue la respuesta de Sophia Tolstoy (Behrs de soltera) al retrato nada favorecedor que de forma velada, pero obvia, hacía su ilustre marido de ella en su obra: La sonata a Kreutzer.

¿Quién fue el culpable?, fue el explícito título bajo el que Sophia dio su propia versión de la historia. Una obra que permaneció inédita hasta que la Universidad de Yale la publicó conjuntamente con la novela de Tolstoy, y con el añadido de sendos textos escritos por dos hijos de la pareja. Probablemente, Las versiones de La sonata a Kreutzer, que así se titula el tomo: sea la disputa matrimonial más literaria que haya existido nunca.

El contrapunto positivo a estas historias proviene del mundo del cómic. Es el caso del autor de cómics francés Frédéric Boilet y su compañera sentimental la japonesa Aurélia Aurita. Tras numerosos títulos en los que Boilet recreaba su relación con sus parejas niponas (Mariko Parade, Tokio es mi jardín, La espinaca de Yukiko); Aurita con su díptico Fresa y chocolate dio la versión más explícita (en lo sexual) de su relación de pareja con Boilet.

Frédéric Boilet y Aurelia Aurita: una historia de amor contada por sus dos protagonista, que miran atrás sin ira.

 

En los últimos años, si hay una candidata idónea para una nueva venganza en forma de libro en nuestro entorno más inmediato, sin duda, esa sería Patricia Llosa. Si a la segunda esposa de Vargas Llosa le diera por escribir sus memorias: ofertas editoriales no le faltarían, y el éxito de ventas estaría asegurado. La que ha sido su sustituta le asegura el tirón mediático instantáneo. Si la ex del nobel peruano las escribiese, cumpliría con una larga tradición: la de aquellas historias de pareja que nacen envueltas en literatura; y que sobreviven más allá de su fin, gracias a esa misma literatura convertida en arma arrojadiza.

En el caso de Miss Peggy, dado su narcisismo y egolatría insaciable, no nos cabe duda alguna de que de un modo u otro, seguirá sabiendo sacar mucho rédito a su condición de separada.

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About Vicente Funes

Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

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