Como parte de su Programa de Apoyo a las Bibliotecas Escolares, la Consejería de Educación de la Junta de Andalucía viene editando en los últimos años una serie de informes, guías y resúmenes de buenas prácticas a los que se puede acceder a través de su web. Por aquello de la vuelta al cole, retomamos septiembre con lo que nos parece más destacado e interesante del informe más reciente, titulado “Nuevas dinámicas para la biblioteca escolar en la sociedad red”.
El documento hace referencia a la necesidad de abordar el concepto y la organización de estas bibliotecas en un nuevo contexto social y de transición cultural en el que, por un lado, la tecnología digital es ubícua e impregna cualquier ámbito social, y por otro lado la escuela “ha dejado de ser el único lugar de legitimación del conocimiento”. Este último aspecto, en particular, nos parece esencial, porque supone una auténtica revolución en el sistema educativo, y el informe lo dice claramente: antes los saberes se encontraban centralizados y personificados en unas figuras sociales determinadas, pero ahora el conocimiento es más diversificado y difuso. El reto tanto para las escuelas como para sus bibliotecas está servido.
Más allá de las posiciones de los “tecnológicos evangelistas” y de los “bibliófilos románticos”, como ellos califican a los de uno y otro bando en el debate de la adaptación a lo digital, el informe aboga por un proceso de renovación de las bibliotecas escolares que les vincule al mismo tiempo a su esencia y a las nuevas características de la sociedad red. Para ello, parte del análisis de los elementos que están transformando nuestra sociedad, y desde ahí sugiere los caminos por los que tienen que andar las bibliotecas escolares para adaptarse a esas nuevas realidades cumpliendo con sus funciones como centros de recursos para la enseñanza y el aprendizaje (BECREA). Así, identifica tres bloques:
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La existencia de un nuevo ecosistema comunicativo e informacional: las bibliotecas necesitan establecer nuevas formas de intermediación entre las personas y la información, filtrando y redistribuyendo contenidos. Además, es necesario que reorganicen los programas formativos vinculados al acceso y uso autónomo de la información teniendo en cuenta el nuevo contexto.
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La incorporación de lo digital al universo de la lectura: la función de fomento de la lectura debe ejercerse teniendo en cuenta todo tipo de soportes y realizando acciones específicas de mediación en relación a la calidad de los contenidos. ¿Cómo? Configurando itinerarios de lectura y fomentando la interconexión entre los lectores para facilitar “dinámicas de retroalimentación de la lectura”.
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El espacio virtual como entorno social de relación y comunicación: es una oportunidad para que la biblioteca expanda sus acciones “más allá de sus muros”. En el entorno digital puede establecer canales de comunicación múltiples con la comunidad educativa.
Más gráficamente, los ejes de cambio en las bibliotecas escolares pueden verse así:
El elemento transversal en estos tres bloques, y quizás una de las aportaciones más interesantes del informe, es el reconocimiento de que, más allá de ser un espacio físico con una colección, las bibliotecas escolares deben centrarse en las “acciones mediadoras” como la creación de servicios de información y programas específicos de fomento de la lectura, como aparece en este diagrama.
Además, aporta un concepto muy interesante, el de “bibliotecas ubicuas”, preparadas para actuar en cualquier parte. No se trata de repetir en internet lo que ya se hace presencialmente, ni de estar en la red para parecer más modernas, sino de que las acciones presenciales y las digitales se complementen al servicio de los objetivos de la biblioteca. Para ello, debe contar con un entorno virtual propio personalizado, crear plataformas de interacción para fomentar la cultura participativa en la comunidad educativa, y utilizar las redes sociales para el intercambio de información.
Todo esto implica, además de voluntad de cambio y experimentación, un enriquecimiento del perfil de la persona responsable de la biblioteca y la implicación de los profesores y la administración educativa. Y algo que nos parece esencial siguiendo el hilo del reconocimiento de que la escuela ya no es el único entorno de aprendizaje: es necesario reconocer y dar valor a las trayectorias personales de aprendizaje del alumnado, personalizar la enseñanza para adaptarla a esas trayectorias, y diseñar las acciones teniendo en cuenta los entornos colaborativos de aprendizaje en red.
Es un reto de gran envergadura al que hay que hacer frente, en la mayor parte de los casos, con recursos muy escasos. Pero es esencial para la supervivencia de las bibliotecas escolares empezar a andar el camino, un pasito tras otro, para no perderse y desaparecer en un mundo que ya no es el que era.
¿Qué os parecen estas propuestas? ¿Estáis ya lanzando iniciativas en esta línea? ¿Qué dificultades veis? Como siempre, el debate es bienvenido.
Fotografía: Biblioteca escolar del CEIP Cervantes de Cáceres (España).
]]>About Vicente Funes
Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com