Bibliotecas indies, bibliotecas mainstream

Ya es mala suerte. Ahora que, después de décadas de estereotipadas imágenes de lo que se supone es un bibliotecario: la pátina rancia se había vuelto vintage; ahora que muchos jóvenes con gustos indies idealizaban a la profesión por permitir vivir de y con la cultura; y ahora que el look clásico bibliotecario puede ser fácilmente glamurizado vía hipster. Van los profetas de las tendencias, siempre dispuestos a aguarle la fiesta a alguien: y decretan la muerte de todo lo que huela a hipster.

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Ideograma de máximas sobre bibliotecarios hipsters (subtítulado en verde)

Aunque no es ninguna novedad, ya en el 2013, un artículo en el Library journal de Annoyed librarian (bibliotecario irritado) sentenciaba que los bibliotecarios no podían ser hipsters. Tras aversiones varias, el artículo concluía que los hipsters estaban desesperados por ser diferentes, y mirar por encima del hombro a la masa. Y eso, cualquiera puede comprenderlo: nunca puede ser un rasgo propio de un bibliotecario.

Visto lo cual, por mucha barba que se luzca o mucha falda rescatada de la abuela que se lleve: lo hipster, lo normcore, lo yuccie, o cualquier otra etiqueta diseñada en serie para resultar exclusivo: habrá que reservarla para la vida fuera de la biblioteca.

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Según aseguraba un tweet de la empresa líder en analítica web y marketing online Hubspot a finales del 2015: la personalización será una de las claves para diferenciarse de la competencia en el 2016. Y las bibliotecas como instituciones volcadas en lo digital, no quedan ajenas a esta predicción. Es positivo personalizarse, alejarse de lo estándar, pero por encima de todo hay que seguir siendo populares: así pues la decisión de Sophie bibliotecaria está servida (atención spoiler para quien no la recuerde: es la película en la que Meryl Streep tiene que elegir cual de sus hijos vivirá, y a cual sacrifica).

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El humor inclasificable de Noguera, un must para cualquier hipster (¿se puede decir de forma más in?)

Puestos en la tesitura de seleccionar ¿se compra el último libro de Miguel Noguera o más ejemplares del fenómeno tipo Cincuenta sombras de Grey del momento?, ¿añadimos a nuestra Mediateca la maravillosa Declaración de guerra de Valérie Dozelli o Fast and furious 5?

Por seguir con los clichés habituales en las industrias culturales: ¿se potencia lo indie (entendido como lo minoritario con más calidad, lo cual no quiere decir ni mucho menos que todo lo que se etiqueta como indie tenga calidad) o se someten a las leyes del mercado mainstream (que tan lustrosas estadísticas de préstamos dan, y tantos argumentos de cara a los políticos?) ¿a qué público deben mimar para asegurarse su fidelidad: al que muestra inquietudes por una cultura de resistencia al pensamiento único, o al que se deja llevar por las corrientes?

Una diatriba contra el capitalismo salvaje de la industria musical, y el lavado de cerebro de las masas

Los más sensatos dirán que en el término medio está la virtud; pero con un 85% del presupuesto recortado (con suerte) el término medio se queda tan escaso, que algunas bibliotecas de ser como Meryl Streep, no tendrían ni que elegir: directamente sacrificarían a los dos hijos.

Hace unas semanas, en el post Dejando atrás el lado salvaje…, a cuenta de la biblioteca como instrumento para la inclusión social ya se decía que (y perdón por la autocita, pero es lo que da coherencia a los discursos):

«En estos tiempos, si queremos ser mayoritarios, debemos empezar por atender a las minorías»

Como eslogan quedaba muy aparente, pero al llegar al asunto del dinero se acaba la poesía. Está claro que la biblioteca del siglo XXI debe luchar contra la estandarización de los gustos, fomentar alternativas al pensamiento único, ser reducto de disidencia intelectual que enriquezca el páramo cultural al que empujan las multinacionales del entretenimiento. Sin demonizar lo que de bueno hay también en el top de las listas de éxitos, por otra parte. Pero, ¿dónde se pone la linde?

 

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El totalitarismo de las tendencias con Hipster Hitler: «Yo supe del holocausto antes de que fuera mainstream»

Y este debate entre bibliotecas indies y mainstream: no es ningún invento de este blog. Hace unos días, ha sido el detonante de un encendido debate en The Inpress Festival of Publishing 2016, una de las ferias más importantes de editores independientes del Reino Unido.

Según el editor Nick Kent, las bibliotecas han traicionado por completo al sector. Las bibliotecas, según sostuvo, tienen el deber de apoyar a los editores independientes, y a los autores que buscan su lugar al sol sin el apoyo de los gigantes editoriales. Afortunadamente dentro del mismo festival, otras voces defendieron a las bibliotecas por la reducción drástica en los presupuestos que llevan sufriendo durante los últimos años.

El Festival también sirvió para reivindicar la labor que desarrollan las bibliotecas a largo plazo como semilleros para nuevos lectores; y el potencial que tienen como trampolín para los autores que optan por la autoedición.

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¿El último de Sufjan Stevens o el último de Bertín Osborne?: dura elección para un bibliotecario indie con conciencia profesional mainstream

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Cultura mainstrem: cómo nacen los fenómenos de masas de Frédéric Martel, ensayo de cabecera para saber cómo funcionan las industrias culturales

Precisamente a cuenta del boom de autores que recurren a la autoedición digital, en el artículo Conectando libros indies, bibliotecas y lectores del Library Journal, se aborda la autoedición a través de la herramienta Self-e: que permite fomentar la vocación literaria local, creando una auténtica comunidad en cuyo epicentro indie se encuentran las bibliotecas.

Como señala el artículo: «más del 50% de los usuarios de las bibliotecas que compran libros electrónicos, lo hacen de autores que descubrieron gracias a la biblioteca«. Los autores utilizan las herramientas para autoeditarse; y las bibliotecas se convierten en sus vías de distribución. La credibilidad del gremio a la hora de aconsejar a sus usuarios, se convierte en la mejor credencial para darse a conocer. Las bibliotecas serían la gaseosa para los experimentos de estos aspirantes a literatos, que si tienen talento (o suerte) pueden llegar a llamar la atención de editoriales comerciales.

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Imprenta para usuarios en la Biblioteca de Toronto

woolHugh Howey, autor de la serie Wool que ha vendido más de dos millones de libros, y cuyos derechos ya ha comprado la 20th Century Fox, remarca la trascendencia que ha tenido para el éxito de su obra, el marketing a través de las bibliotecas.

Howey se autopublicó a través de Kindle Direct Publishing de Amazon; en 2012 firmó un acuerdo con Simon and Schuster para distribuir su obra a librerías norteamericanas, conservando él todos los derechos; y ahora la llevan al cine en Hollywood. Del indie al mainstream con las bibliotecas como aliadas.

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La teoría de conjuntos entre leñadores, bibliotecarios y hispters: después de todo no son tan diferentes

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«Todos se merecen una historia de amor» reza la frase publicitaria. Deberían añadir: «incluso los bibliotecarios»

Pero por concluir como empezamos. En breve, suponemos, se estrenará en nuestro país la película After words (si no se estrena tampoco pasaría nada, salvo por lo tocante a Óscar Jaenada que interviene en ella, y es un actor a reivindicar). La película cuenta la historia de Jane, una grisácea bibliotecaria neoyorquina que al ser despedida piensa en suicidarse. Un viaje a Costa Rica le hará descubrir el amor, la aventura y el sexo. Muy original todo.

Y tras comprobar una vez más, que el estereotipo de la bibliotecaria muermo, anodina, que hasta vestida en un chino de barrio tendría mejor aspecto, y con la vida sexual de una ameba se perpetúa: ¿es tan raro que los bibliotecarios aspiren a ser guays y molones (sic)?

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Indies, hipsters y gafapastas: crónica de una dominación cultural, ensayo en el que el periodista musical Victor Lenore ajusta cuentas con los guays del momento

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Manual de estilo para creerse original y único

El New Library Symposium de Australia, es la conferencia más hipster del mundo bibliotecario (de ella son los ideogramas que lucen en este post); en dicho simposio todos aspiran a cumplir las 9 reglas básicas de cualquier biblioteca hispter que recoge el blog Word revels. Por lo que mucho nos tememos, que por modas que pasen, por etiquetas que caduquen: lo indie/mainstream va a definir a las bibliotecas durante muchos más años. Y como el trasfondo de todo esto (aparte de postureo) es una cuestión de economía: concluímos con música y economía.

Si hay un género musical que ejemplifica a la perfección lo que hemos estado tratando hasta ahora, ese el hip hop. Nacido en el gueto para denunciar y combatir al sistema, ha pasado (salvo excepciones) a glorificar el capitalismo más hortera, machista y violento a base de piscinas llenas de pibas en bikini, limusinas y oro mucho oro. La capacidad del sistema capitalista para desactivar cualquier resistencia, más el fanatismo del converso en una combinación perfecta.

Y cual pelea de gallos hiphopera se presenta en este brillante vídeo: el enfrentamiento entre los dos economistas que han definido el tiempo en el que vivimos: Keynes versus Hayek. Una divertidísima y aclaratoria lección de lo que en realidad late tras todo este dilema entre bibliotecas indies, bibliotecas mainstream:

About Vicente Funes

Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

La arruga es subversiva: bibliotecas para la tercera edad

Dentro de unos 20 años la mayoría de la población encuadrada dentro del baby boom de las décadas de los 50 y 60 del pasado siglo (en el mundo anglosajón lo cifran hasta 1965, pero en nuestro país lo podríamos extender hasta los 70): pertenecerá a lo que se ha dado en denominar tercera edad. Si las bibliotecas (o como quieran llamarse) siguen existiendo para entonces: ¿qué van a hacer para satisfacer las necesidades culturales y de ocio de esa población? ¿Serán bibliotecas para la tercera edad?, ¿serán el nuevo hogar del pensionista del siglo XXI?

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Ensayo sobre el boom de las agencias de publicidad en los 60, y su glorificación de la juventud como valor supremo para vender

Los mayores de 60 serán el grupo más numeroso demográficamente, por encima de jóvenes y niños, cuyas cifras van en descenso en el mundo occidental desde hace años. En ese contexto, la arruga ya no será bella como rezaba el eslogan de los 80, será directamente subversiva.

Desde que la juventud se convirtió en el estado a glorificar a través de la publicidad, la moda y las multinacionales del entretenimiento: el viejo de la tribu global ya no encarna la sabiduría, sólo una carga para los sistemas sanitarios y de pensiones del capitalismo salvaje. O en el mejor de los casos, un recurso con el que paliar los desastrosos efectos de las crisis en la economía de las familias.

«Son inconsecuentes, retrógados, mojigatos, votan a la derecha, ¡han destruido el planeta, matado de hambre al Tercer Mundo! ¡En ochenta años, han hecho desaparecer la práctica totalidad de las especies vivas, han esquilmado los recursos, ¡se han comido todos los peces! ¡Cada año se crían en batería cincuenta millones de pollos en todo el mundo y la gente se muere de hambre! Históricamente son… ¡la peor generación de la historia de la humanidad!»
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Contraportada del cómic Los viejos hornos, cuyos protagonistas son unos ancianos dispuestos a iniciar una revolución

Por eso no es extraño, que tal y como es posible borrar un archivo en un ereader, se intente borrar el paso del tiempo en los rostros y cuerpos. Una carrera sin fin mientras sigamos proviniendo de materiales orgánicos, como los libros impresos: esos que igual que sus lectores, envejecen y amarillean la pulpa de sus páginas denotando su uso. Ahora el frío y aséptico resplandor de las pantallas, hará juego con los rostros intervenidos, alisados y paralizados por el botox o cualquier nueva técnica cosmética.

Las arrugas y las canas van camino de convertirse en el nuevo punk. Puede que, como siempre, el mundo de la moda haya asumido astutamente este discurso promoviendo la presencia de maduras en pasarelas y revistas (saben bien quién tiene el dinero); y que las deliciosas protagonistas de la web Advanced style, nieguen la caducidad de la ilusión mientras se está vivo: pero arrugarse a partir de ahora, va camino de convertirse en toda una declaración de principios.

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Las fantásticas ancianas neoyorquinas del blog Advanced style, toda una filosofía de vida más allá de la moda

La arruga será lo que mejor restablezca la diferencia social, ahora que la democratización de la moda ha hecho que sea más difícil distinguir el estrato social del que se proviene. Por sus arrugas los conoceréis, o como cantaba Nacha Guevara allá por los 70: «así los pobres a misa de once irán, y con la gente no se confundirán» (Las damas de la beneficencia).

Como decía jocosamente el músico Nacho Canut recientemente en Tentaciones de El País:

«la vejez está mal vista. Tienes que hacerte el joven todo el rato […] dentro de poco los teenagers van a ser minoría y les harán bullying las Disco Sally» (Aclaración: Disco Sally es como se conoció a Sally Lippmann, una abogada neoyorquina que al enviudar, ya anciana, en la década de los 70, se lanzó a la fiesta más desatada en el mítico Studio 54, y según la leyenda pereció en la pista de baile)

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La mítica Disco Sally viviendo la noche loca setentera en Studio 54

No creemos que el hecho de haber vivido la época de la movida, haga que proliferen las Disco Sallys en los geriátricos; pero lo cierto es que los servicios bibliotecarios que hasta ahora han servido para atender, más o menos, a los ancianos tendrán que adaptarse. El dominó en el hogar del pensionista, la petanca o los viajes del Imserso ya no van a servir para una generación que ha viajado, habla idiomas (o al menos lo ha intentado), ha vivido las relaciones de pareja y sexuales de manera totalmente diferentes a generaciones precedentes, que han fundado familias opuestas en muchos casos al modelo tradicional: y que en definitiva, representan ese cambio de mentalidad y costumbres en nuestro país que no ha parado de agudizarse desde los 80.

Haciendo un repaso a algunas de las programaciones de bibliotecas que se dirigen a los mayores de 60 años en la actualidad, nos encontramos una variedad limitada de opciones, aunque alguna imaginativa:

  • En Bristol, la biblioteca pública ayuda a los ancianos a resolver cuestiones relativas a
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    En la película israelí La fiesta de despedida, un grupo de ancianos practica la vejez activa creando una máquina para la eutanasia

    impuestos, contratos, petición de ayudas de dependencia, etc. Una línea de actuación que no dejará de ser útil dentro de 20 años, fuéramos fans de Antonio Machín o de Radio Futura, siempre será de agradecer el que te asesoren y ayuden; sobre todo con las continuas amenazas que se ciernen sobre el sistema público de pensiones.

  • En Virginia, la Biblioteca Jefferson tiene una campaña de recogida de productos de aseo y cuidado personal, de bisutería o libros para colorear, con los que formar bolsas de regalo por San Valentín para los ancianos de la comunidad. Trasladándonos a nuestro país, para las generaciones que vivieron la Guerra Civil o la posguerra lo de recibir algo gratis suele ser motivo de emoción; en los criados en el consumismo y el culto a las marcas, no sabemos hasta qué punto serían apreciadas estas bolsas-regalo.
  • En la ciudad canadiense de Wasaga Beach (Ontario), la biblioteca pública ofrece un amplio abanico de ofertas para la tercera edad. Desde clásicos como las visitas guiadas a monumentos, museos o teatros; pasando por cursos de primeros auxilios; y un filón como es aprender a buscar datos sobre sus antepasados, y escribir sus memorias. Todas estas ofertas seguirán siendo válidas para los ancianos dentro de veinte años. Sólo hay que repasar la cantidad de iniciativas que los últimos años se promueven desde bibliotecas y archivos para recuperar la memoria local, y que quedaron patentes en el VI Congreso de bibliotecas públicas celebrado en Burgos en el 2012.

Series_3_dvdOtra actividad que desarrollará la Biblioteca Pública de Wasaga Beach este mes de febrero orientada a la tercera edad, será la celebración de la última temporada de la serie de televisión Downton Abbey. La fiesta en cuestión consistirá en acudir a la biblioteca ataviados con ropa propia de la época en que discurre dicha serie, y tomar té, refrescos mientras se participa en juegos de salón. Esta actividad tal vez sea la que mejor puedan heredar los nacidos en el baby boom, una fiesta temática siempre tendrá tirón. Aunque es probable que hubiera que optar por otro tipo de ficción: por ejemplo por proyectar The Rocky Horror Picture Show, y su consiguiente fiesta temática, para los ancianos más alternativos.

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Shirley e Hinda son las protagonistas del documental: Dos abuelas cabreadas, en el que se relata como estas dos convencionales amas de casa, dejaron sus hogares para viajar a Wall Street y preguntar directamente a los banqueros y ejecutivos sobre la crisis. Detenidas numerosas veces, ya casi nonagenarias, persistieron hasta conseguir su objetivo.

En las Directrices para bibliotecas y servicios de información dirigidos a la tercera edad de la ALA, entre las muchas propuestas que se plantean: se incluye la de promover el empleo de mayores como apoyo del personal bibliotecario. Esta práctica aconsejada para promover una vejez activa, se ha concretado a través del voluntariado. Pero hemos visto en este tiempo de recortes e incertidumbres profesionales, como el voluntariado en ocasiones despierta recelos.

Algunos políticos en Reino Unido especialmente (pero algún conato hubo también en nuestro país), han visto en este voluntariado la ocasión para dejar de contratar personal cualificado. Los jubilados pasan a convertirse en voluntarios que terminan por quitarle puestos de trabajo a los jóvenes; eliminando profesiones (a ser posible relacionadas con la cultura) y entretanto, se promueven enfrentamientos intergeneracionales, que hacen perder fuerza de contestación contra quienes adoptan estas prácticas con la excusa de la crisis. Una jugada maestra o ¿estamos incurriendo en paranoias? En cualquier caso, dentro de 20 años, sin duda, sabremos a qué atenernos a este respecto.

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¿Qué anciano de aquí a 20 años necesitará un navegador adaptado?

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Justino, un asesino de la tercera edad: otra forma de plantearse una vejez activa.

Veinte años no son nada, así pues será muy interesante asistir a la evolución que los servicios bibliotecarios adoptan de cara a este público. Unos ancianos que no habrá que alfabetizar en nuevas tecnologías, porque aunque no sean nativos digitales, se han actualizado a marchas forzadas. Ya no serán necesarias adaptaciones como el navegador Eldy, creado pensando en facilitar la navegación a los mayores. Habrá diferencias claves respecto a la generación de mayores de la actualidad, que ahora se pueden contrastar gracias a la recién publicada encuesta: «Las bibliotecas públicas también son para los mayores: resultados de una encuesta realizada a profesionales bibliotecarios españoles«, y que se ha publicado en el último número de la Revista General de Información y Documentación de la Complutense de Madrid.

La nueva tercera edad, que será la mayoritaria a mediados de este siglo, tendrá mayor capacidad crítica (confiemos en ello), no le atenazarán los miedos que traumatizaron a generaciones previas, estarán acostumbrados a desenvolverse en un mundo mucho más complejo, y se supone que tendrán una mayor conciencia cívica y ciudadana. En el mundo resultante de estos tiempos de incertidumbres que estamos viviendo, las bibliotecas harán bien en no centrarse en exclusiva en captar a las nuevas generaciones; desatendiendo al público que más peso demográfico tendrá a medio-largo plazo.

About Vicente Funes

Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

Dejando atrás el lado salvaje: bibliotecas por la inclusión social

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Joe Dallesandro, Jane Forth y Holly Woodlawn en la warholiana película Trash

holly_1El pasado 6 de diciembre moría Holly Woodlawn, actriz y cantante transgénero; pero sobre todo, superestrella inmortal gracias a ser una de las protagonistas del clásico Take a walk on the wild side de Lou Reed: cuya época de máximo esplendor fue la época dorada (aunque sería más apropiado decir plateada) de la célebre Factoría de Warhol.

No nos consta que Warhol dispusiera de una biblioteca para minorías en dicha Factoría; salvando a SCUM, el indigesto manifiesto feminazi de Valerie Solanas (la frustrada asesina de Warhol): lo visual ganaba a lo impreso entre sus paredes forradas con papel de aluminio.

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Stuck rubber baby, una novela gráfica sobre la lucha por los derechos civiles

Holly Woodlawn, Candy Darling, Joe Dallesandro, Edie Sedgwick o Ultra Violet vivían intensamente sus días ante la hierática mirada del profeta Andy; y lo confiaban todo al instante, sin implicarse en movimientos sociales, ni reivindicativos. Su mera existencia y su deambular por ese lado salvaje, ya ejercían como un auténtico manifiesto.

Si hay dos movimientos por los derechos civiles que transformaron el siglo XX, esos han sido: el feminismo y la lucha por los derechos del colectivo que ahora se conoce con las siglas LGTBIQ (Lesbianas, gays, transexuales, bisexuales, intersexuales y queer). Queda mucho por hacer, sin duda, pero la irrupción de las mujeres en todos los ámbitos de la sociedad, así como el reconocimiento del matrimonio homosexual en cada vez más países: marcan un punto de inflexión con difícil marcha atrás. Y en ese progreso, ahora se está afrontando la última revolución pendiente para este colectivo: la normalización y respeto de los derechos del colectivo transexual.

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El sensacionalismo de Interviú llevando a portada a Bibí Andersen, en un montaje del blog Kurioso sobre portadas escandalosas

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Degenerado, una excelente novela gráfica basada en un caso real, imprescindible en cualquier comicteca.

Hace unos años, la ahora Bibiana Fernández, declaraba ante la emisión de un reportaje sobre su pasado, no estar interesada en revisar nada. Según decía había pagado ya su peaje, y no quería tener que estar pagándolo una y otra vez. Correspondiéndole el papel de transexual más célebre de la historia de nuestro país, la otrora Bibí Andersen: optó desde hace muchos años por vivir su condición de mujer sin convertirse en estandarte de nada. Su simple presencia en los medios hablaba por sí sola.

El movimiento gay se ha ido desprendiendo de su capacidad revolucionaria y subversiva. Salvo las teorías queer abordadas por figuras como Judith Butler, Beatriz Preciado, Camille Paglia o Virginie Despentes: poco o nada queda del cuestionamiento del sistema que pudo tener en los 70 y 80 del siglo pasado.

Es comprensible, transitar por el lado salvaje queda muy romántico en una canción o película; pero el querer vivir el día a día con total normalidad, aún a riesgo de aburguesamiento es un deseo al que nadie escapa, sea cual sea su condición sexual. Y el mundo del espectáculo o la prostitución como únicas salidas para personas transgénero, es algo que, poco a poco, va cambiando. Y no nos referimos sólo al mundo de la moda, en el que están de rabiosa actualidad; sino en mundos aparentemente menos rutilantes. Sin ir más lejos, en el bibliotecario.

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Itziar Ziga, guerrillera del feminismo más transgresor

John Lawrence Cummings fue bibliotecario de la Universidad de Queensland en Australia hasta cumplir 52 años; fue al llegar a esa edad, cuando este padre de tres hijas, se decidió a cumplir el deseo que más le obsesionaba, y pasó a convertirse en Katherine Cummings.

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La estupenda novela de Eugenides, cuyo protagonista es una persona transgénero

En su libro La vida y amores de una bibliotecaria transgénero lesbiana, Katherine reunía poemas, historias cortas y ensayos en los que abordaba los problemas que se plantean a las personas que no se ubican dentro de los géneros, tal y como se entendían mayoritariamente. John, como tantos en sus circunstancias, pensó en el suicidio, pero el pensar en sus hijas le hizo desistir.

Una vez tomada su decisión, mirando atrás, Katherine no lamenta no haber sido una mujer antes; si hubiera tomado esa decisión a los 20, nunca habría tenido a sus tres hijas, sin las que ya no concibe su vida. Actualmente, la señora Cummings ayuda a todas aquellas personas con problemas de género: su faceta como bibliotecaria le ha llevado a trabajar en el Centro de Género en Sydney, y a elaborar informes sobre la violencia contra las personas transgénero.

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Katherine Cummings mostrando su retrato como John Cummings en la biblioteca

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Debra Davis, persona del año 1999 en la revista Lavender del colectivo LGTB de Minnesota

Debra Davis acumula numerosos premios por su lucha por el reconocimiento de los derechos de las personas transgénero y del colectivo LGTBIQ en general. Esta bibliotecaria, activista transgénero, y directora ejecutiva del Centro para la Educación de Género que lleva su nombre: vivió en los 90 una batalla legal que saltó a los medios, y todo fue motivado por el uso del baño de mujeres de la Southwest High School de Minneapolis, en el que ejercía como educadora y bibliotecaria.

David Nielsen, que así fue bautizada Debra al nacer, vivió una doble vida durante muchos años. Casado y padre de dos hijas, se separó tras 28 años de matrimonio; y mientras en la intimidad se maquillaba y vestía con ropa de mujer, en su día a día ejercía como educador y bibliotecario. Fue en 1997 cuando decidió afrontar su naturaleza abiertamente, y una vez convertido en mujer: solicitó seguir ejerciendo su trabajo con los estudiantes, como lo había hecho hasta entonces. Tuvo suerte, Minnesota fue el primer estado de los Estados Unidos en proteger por ley de la discriminación a gays, lesbianas, bisexuales y transexuales.

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La serie Transparent sobre un padre transexual y su familia, lleva acumulando premios durante todo el 2015

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La chica danesa, la película sobre la primera transexual en someterse a un cambio de sexo, nominada a los Oscars 2016

 

Los estudiantes y la mayoría de compañeros se despidieron de David, y acogieron a Debra sin mayores problemas; incluso un joven estudiante de fútbol se ofreció a acompañarla hasta el coche, para protegerla, algo que no fue necesario.

El único problema lo tuvo cuando su compañera Carla Cruzan, inició una batalla legal para conseguir que le prohibieran a Debra utilizar el baño de mujeres del centro docente. Hasta a tres estamentos judiciales elevó su petición la ofendida compañera, pero sin ningún éxito. Debra siguió usando el baño de mujeres, y el resto de la comunidad educativa la siguió respetando y aceptando como docente y bibliotecaria.

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Debra Davis en una reciente charla promovida desde su asociación

Si algo tienen claro, en los Estados Unidos, los colectivos que luchan por el reconocimiento de sus derechos, es el papel fundamental que pueden jugar las bibliotecas. El empoderamiento (palabra fea donde las haya, pero muy en boga) que pueden proporcionar las bibliotecas para ayudar a la normalización y respeto del colectivo LGTBIQ (y de cualquier minoría en general), es algo que viene prácticamente desde las revueltas de Stonewall.

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Un delicioso cómic sobre Tiresias, el mito del hemafrodita en la mitología griega

Pero no sólo en los Estados Unidos, en el 2012, el colectivo LGTBIQ de Canadá realizó una importante donación de fondos a la red de bibliotecas, como una manera de sensibilizar a la población en general, en combatir la homofobia. Y hace dos semanas, la comunidad educativa del condado de San Diego se reunió para tomar medidas con las que evitar el suicidio adolescente. Durante 2015, al menos cuatro suicidios de adolescentes de dicho condado estuvieron relacionados con estudiantes transgénero.

En dicha reunión, Leslie Masland bibliotecario de la Biblioteca del Condado de San Diego, propuso convertir a las 34 sucursales que componen la red de bibliotecas del condado en zonas seguras. Para lograrlo, se dispondrá de asesores en las bibliotecas para atender a los jóvenes que vivan con angustia su identidad sexual, orientándolos hacia recursos de la biblioteca que pueden ayudarles en su proceso de aceptación.

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Transamerica, una premiada historia sobre la relación entre un padre en proceso de reasignación de sexo y su hijo

La pregunta a formular seria: ¿es tu biblioteca gay friendly? Para aquellas minorías y colectivos que aspiran a la normalización y el respeto a sus derechos: las bibliotecas resultan aliados muy valiosos. La biblioteca pública será social o no será, y un indicador de la utilidad de las mismas será su capacidad de respuesta ante realidades sociales que precisan de instituciones que las acojan y apoyen. En estos tiempos, si queremos ser mayoritarios, debemos empezar por atender a las minorías.

Después de todo, qué mejor definición de lo que debe ser una biblioteca del siglo XXI, que la biblioteca transformista (o directamente travesti) que es capaz de travestirse con ropajes lúdicos, divertidos, seductores y renovados.

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La revista Candy dedicada al colectivo transgénero

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La adaptación cinematográfica de Hedwig and the angry inch

Y aunque hayamos dejado atrás ese lado salvaje, vamos a cerrar con rabia y furia. Hedwig and the angry inch (Hedwig y la pulgada rabiosa) es un musical punk rock nacido en la escena neoyorquina más underground de los 90. Su protagonista Hedwig, tras una desastrosa operación de reasignación de género, que le deja con una pulgada de pene: da salida a su frustración convirtiéndose en cantante de un grupo punk,

Hedwig no busca la complacencia, no busca aburguesarse y aparentar ser una adorable dama para que la sociedad la tolere. Hedwig convierte su trauma en un desafío, y con descaro punki provoca a quienes no son capaces de aceptarla.

Tal vez si Hedwig hubiera contado con una biblioteca cercana que le hiciera sentirse menos sola: su pulgada rabiosa no le habría empujado a tener que abrirse en canal con cada canción. Sin duda, habría sido un consuelo para Hedwig, y una gran pérdida para nosotros:

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Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

Bibliotecarios fuera de la zona de confort

El inmovilismo es el mal hábito con el que siempre hay que romper[/caption] Ponerle un nombre a algo ya es limitarlo que decía el poeta; pero en cuestiones de Autoridades las bibliotecas debemos aparcar la poesía, y centrarnos en lo práctico. Desde hace unos meses desde la web de la IFLA, es posible acceder en línea a una nueva web de Nombres de Personas: un esfuerzo colaborativo entre muchos países para unificar y eliminar cualquier confusión a la hora de crear puntos de acceso en los registros bibliográficos. España está entre los países que en 2015 actualizaron sus encabezamientos para nombres de personas; y poco a poco van sumándose más países. Sin duda el trabajo desarrollado por alcanzar la univocidad, es uno de los esfuerzos a agradecer a la profesión bibliotecaria. Pero no deja de resultar paradójico, que por un lado nos esforcemos tanto por depurar cualquier confusión terminológica; mientras que las palabras que nos definen como institución y profesión, cada vez van difuminando más sus contornos. d0eb5d9dca51cbd2e633360baae72bd5De la palabra biblioteca, lo único que se puede defender con convicción es el sufijo -teca; que se ha ido sumando a cada nuevo formato o servicio que ha surgido en las últimas décadas; y a bibliotecario, se le han sumado tantas atribuciones (community manager, dinamizadores sociales, bibliotecarios integrados, ¿para cuándo los apocalípticos?; o el blended librarian); que lo de simplemente biblio resulta más escaso que un pantalón pitillo para el increíble Hulk. Puestos así, no es de extrañar que las apropiaciones indebidas no paren de darse. Bibliotecarios, se autodenominan los redactores de la Wikipedia (lo que no deja de ser un halago, al encerrar un reconocimiento al rigor de la profesión); o clubes de striptease de Las Vegas bajo nombres como The Gentlemen’s Library Club; o hasta armerías estadounidenses que practican el oxímoron bautizándose como Gun Library. Lo que queda claro es que pese a estereotipos rancios que persisten: biblioteca y bibliotecarios tienen un hueco bien ganado en la cultura popular. breaking-out-of-my-comfort-zone-2 En el mundo anglosajón ha prosperado una expresión que, una vez aireado ese cierto tufillo a manual de autoayuda que exhala, podemos adaptar sin problemas: romper con nuestra zona de confort (breaking the comfort zone, que no es lo mismo que breaking bad, volverse malo, pero que tampoco nos vendría mal ante determinadas circunstancias). Arriesgarse, abrirse a nuevos retos, hacer cosas que no están propiamente dentro de lo que se entiende como trabajo bibliotecario, y que, en definitiva, pueden ser las que hagan que la profesión siga siendo relevante en el siglo XXI. Pese a ello, no deja de resultar curioso como algunos bibliotecarios manifiestan, en ocasiones, su frustración por no poder dedicarse todo lo que quisieran a la catalogación, saturados como están por el resto de funciones a desarrollar en sus centros. Pervive en ellos la idea de que el perfil verdaderamente profesional de su trabajo, sigue centrándose en la catalogación; aún en tiempos en los que obsesionarse en exceso con el punto y coma que separa cada área de descripción bibliográfica: equivale a dibujar una diana para que impacte el meteorito que exterminó a los dinosaurios. Por contra, sólo hay que rastrear un poco por la Red para toparse con más de un ejemplo de bibliotecarios que han salido de su zona de confort, y están ampliando los campos de acción para la profesión: [caption id="attachment_1382" align="aligncenter" width="437"]0116-trends-podcasts-21 T is for training: bibliotecarios-locutores[/caption]

  • Maurice Coleman se podría decir que ejerce de locutor radiofónico. Técnico de la Biblioteca Pública del Condado de Harford (Estados Unidos), creó en 2008 T is for Training  (T de entrenamiento), un proyecto que a través de podcasts recoge debates entre sospechosos habituales (así denomina a los profesionales bibliotecarios que colaboran en el proyecto) en los que se abordan todas las temáticas más candentes del mundo bibliotecario.
  • Amanda Brennan, una bibliotecaria de Internet como ella misma se define (la memelibrarian).Amanda cursó estudios deBiblioteconomía, pero desde el principio tuvo claro que su campo de acción iba a ser virtual. Por eso, decidida, se ha especializado en el estudio de los famosos memes que atiborran las redes sociales; luchando por rescatarlos del maremágnum digital, y conservarlos como documentos que servirán para estudiar nuestro tiempo. [caption id="attachment_1381" align="alignright" width="293"]IMG_9823 Amanda Brennan, la bibliotecaria de los memes[/caption]
  • Katherine Donohue, una bibliotecaria de la Biblioteca The North Haven Memorial en Connecticut, apodada como Pan cake Lady, y que es la responsable de uno de esos programas de préstamo de materiales hasta ahora inéditos en una biblioteca, como son en este caso: moldes, sartenes y demás utensilios de cocina necesarios para hacer repostería.
  • La Reference Toronto Library, que ha acogido al movimiento de Repair Café. Un proyecto nacido en Ámsterdam que consiste en convocar reuniones para personas que quieren aprender a reparar objetos; con una filosofía que reivindica lo manual, y una manera de resistirse a la dictadura de la obsolescencia programada, que provoca que cada vez los objetos tengan una vida útil más reducida.
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  • La SM2 Serendipity Machine, una máquina para conectar personas a través de sus perfiles de intereses y conocimientos que tienen puesta en marcha en la muy moderna Nieuwe Bibliotheek, y que permite que gente con intereses en común entren en contacto gracias a la biblioteca, en la ciudad holandesa de Almere.
Tras estos ejemplos de centros y profesionales que rompen con las zonas de confort de la profesión: está más claro que lo de biblio- y -teca, son simples convenciones de las que nos servimos para entendernos. Ningún centro cultural como la biblioteca pública, ha alcanzado el siglo XXI abarcando más campos, ni atendiendo a un público más heterogéneo. Seguir horadando caminos trillados sólo puede llevar a la irrelevancia; pero no hay razón para preocuparse, los tiempos no permiten que nadie pueda apoltronarse, y las bibliotecas y los bibliotecarios (o como quiera que terminen por llamarse): están más que acostumbrados a adaptarse al medio. Y, ¿quién sabe?, puede que dentro de poco, como cantaban The Ting Tings, terminen diciendo que ese no es su nombre. ]]>

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Bibliotecas lentas: oasis en un mundo acelerado

este año hará justo una década desde que Mark Legott formulara el concepto de “Slow Library Movement”, las bibliotecas lentas inspiradas en el movimiento Slow que surgió en Roma en protesta por la apertura de un McDonalds en su Plaza de España. Pero, ¿de qué va exactamente esto del Movimiento Slow y cómo se aplica a las bibliotecas? Aquí lo recordamos. SlowFood_protestComo acabamos de mencionar, el movimiento slow (lento) surgió en oposición a la comida rápida como un revulsivo que reivindicaba el placer de sentarse a comer con calma y, sobre todo, deleitarse con los productos locales, frescos y sostenibles, la reconexión con la naturaleza, y la diversidad frente a la homogeneización que imponen las grandes cadenas comerciales. Slow food hablaba de una forma de comer pero también de una forma de vida (podéis echar un vistazo aquí a su manifiesto, y navegar por su web en España) y pronto su filosofía se extendería por todo el mundo y a muchos otros aspectos, desde el sexo hasta el modo de pensar y hacer funcionar las propias ciudades y la democracia. Y, por supuesto, llegó a la educación y  las bibliotecas. En la primera década de este siglo se empezó a etiquetar como “escuelas rápidas” a las que se centran solo en los “productos finales estandarizados” en lugar de en el proceso de aprendizaje, es decir, las escuelas y modelos educativos en los que lo que importa es el resultado en los tests estándar que diseñan en ministerios y consejerías. También empezó a hablarse de “McBibliotecas”, aquellas que se sumergen en el mundo de la superabundancia de la información facilitada por las nuevas tecnologías sin preocuparse de cómo se gestiona. SlowFood_InpraiseLo contaba Andrea Maria Norman en un artículo muy interesante del Dalhousie Journal of Interdisciplinary Management, que os recomendamos para profundizar en el concepto de bibliotecas lentas: “Muchos de los valores que se derivan de la ubiquidad de la industria de la comida rápida también están presentes en la industria de la información. La comida rápida da la impresión de que la comida es “barata” y abundante” (…) Del mismo modo, la explosión en la disponibilidad y abundancia de la información, y cómo la gestionan las bibliotecas, sugiere a los usuarios que la información es barata y abundante, que la investigación, la evaluación y el uso de la información es una carrera hacia la línea de meta, que el origen de la información es irrelevante, y que el contenido y la forma deben ser idénticos en cualquier lugar (…) Sin embargo, la información puede ser cara y escasa. En la búsqueda de información, en su recuperación y su uso no se debe correr, hay que prestar una atención cuidadosa a estas tareas”. Y en estas llegó Mark Leggott, en la actualidad bibliotecario de la Universidad de Prince Edward Islantd (Canadá), y publicó su visión de la “Slow Library”, basada en los conceptos clave derivados del Movimiento de la Comida Lenta, y que resumía en estas cinco ideas:

  • Educar sobre los riesgos del monocultivo y la monocultura (emparentados etimológicamente, como sabéis).
  • Presevar y promocionar lo local.
  • Artesanía y producción a pequeña escala.
  • Enseñar y aprender de todos.
  • Disfrutar de los amigos y de la comunidad.
SlowFood_Library_LeggotEstas ideas se han traducido en conceptos que orientan la forma de actuar y los servicios de las bibliotecas lentas:
  • El aprendizaje bidireccional, con participación de bibliotecarios, personas pertenecientes a otras disciplinas y usuarios: las comunidades de aprendizaje, el “open source”…
  • La participación de la comunidad y su preservación como el “ecosistema” de la biblioteca; bibliotecas que son “habitantes” de sus comunidades y no residentes temporales.
  • El uso de recursos locales para el desarrollo de los servicios de información: desde el talento presente en la comunidad, hasta el software de código abierto que puede desarrollar el propio personal de la biblioteca.
  • Servicios artesanos, construidos en conexión con los mejores ingredientes de las tradiciones culturales locales, con la participación de los usuarios, con esos resultados de calidad y perdurabiblidad que tiene lo artesanal.
  • Las personas como el aspecto más importante de los servicios bibliotecarios, un aviso especialmente dirigido a los que se ven tentados con poner la tecnología, por ejemplo, en primer lugar.
  • El disfrute como resultado de interacciones más placenteras en el espacio de la biblioteca, de la participación y el poder de cambiar los servicios que no funcionan.
slow-food-snailCon todos estos ingredientes las bibliotecas pueden resistir como espacios sociales cálidos, agradables, creativos y lentos, frente a la aceleración que impone, sobre todo en las grandes ciudades, la densidad de población, las distancias, la omnipresencia de las pantallas y la conectividad permanente. Bibliotecas como lugares en los que relajarse, lugares que invitan a pasar en ellos todo el tiempo que se quiera, leyendo placenteramente, reflexionando, disfrutando. Lugares en los que convivan los espacios dinámicos de creación e interacción social con los entornos confortables y tranquilos en los que investigar, estudiar, pensar, leer despacio o escuchar música. Lugares en los que se dedica a los usuarios todo el tiempo que necesiten con un trato personalizado y cálido. Lugares en los que el personal de la biblioteca no se ve superado por la multitarea. Bibliotecas que hacen menos cosas para hacerlas mejor. Construir “bibliotecas lentas” puede ser un buen propósito para el nuevo año. Pensar en ellas, al menos, nos dará un respiro tras el acelere navideño. ¡Feliz 2016!]]>

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Los 5 posts más leídos de Infobibliotecas en 2015 (y una “extra ball”)

hemos intentado ser más útiles que nunca y aportar a los debates las ideas y las buenas iniciativas que se están impulsando en el ecosistema bibliotecario dentro y fuera de nuestras fronteras. Os dejamos directamente con lo más leído y compartido en las redes sociales del Blog de Infobibliotecas. #1: Memoria de grandes mujeres bibliotecarias. La American Library Association (ALA) retomaba en 2015 una iniciativa que nos encanta: “Las mujeres en la historia de las bibliotecas”, una convocatoria pública para recuperar la historia de mujeres que han hecho una contribución importante y duradera a la biblioteconomía o a la biblioteca del barrio o de la ciudad, sean o no sean bibliotecarias. ¿Podríamos hacer lo mismo aquí? La Biblioteca Nacional en las redes sociales dijo que se lo estaba pensando… Mujeresbibliotecarias_bibliobus #2: Bibliotecas y desarrollo sostenible II: las bibliotecas escolares, infantiles y juveniles. Segunda entrega del resumen de la consulta realizada por la IFLA a sus secciones para dar visibilidad a ejemplos de buenas prácticas y recomendaciones para impulsar la relación entre bibliotecas y desarrollo sostenible. Porque las bibliotecas escolares, infantiles y juveniles representan uno pilares fundamentales en la aportación de las bibliotecas al desarrollo y el bienestar de las personas. bibliotecaEscolar_cartel #3: Más que libros: tendencias en servicios bibliotecarios para niños y jóvenes. En este post os hablamos de recursos para ayudar a las bibliotecas a cumplir los estándares básicos en sus servicios para niños y jóvenes, y de algunas ideas clave para hacer las bibliotecas más atractivas para ellos. ServiciosNiños-Impresora3D #4: Recordatorio: las bibliotecas como espacios de trabajo. En el centro del proceso de diseño de las nuevas bibliotecas – las “catedrales” de nuestro tiempo, según el arquitecto Luís Arranz (siempre con permiso de los estadios de fútbol)-, está el usuario, y así debe ser. Y si los usuarios son lo primero, ¿quién debe estar en el segundo lugar, muy cerca de ellos? Lo has acertado: los bibliotecarios. Porque demasiado a menudo olvidamos pensar las bibliotecas como espacios de trabajo. Espacioparabibliotecarios_HuntLibrary #5: Tatuaje bibliotecario: orgullo de biblioteca a flor de piel. Vencidos y cautivos por ese estado de evolución humana superior que es ser un hipster, indagamos sobre lo que se lleva en materia de tatuaje bibliotecario. Porque donde esté mostrar el orgullo bibliotecario a flor de piel que se mueran los clásicos (del tatuaje). Tatubibliotecario-orgullo “Extra ball”: Los Simpson, las bibliotecas y los libros ¡Mooola! En realidad, este post debería figurar en el puesto número dos de la lista, pero como es precisamente la entrada con la que inauguramos el año, y una de nuestras preferidas, a modo de re-regalo, aquí os dejamos con la visión de las bibliotecas y los libros de esa gran referencia de la cultura popular de las últimas décadas: Los Simpson. SimpsonLisapilalibros Os agradecemos en el alma que nos hayáis seguido durante todo este año en este intento de hacer crecer la profesión bibliotecaria. Para nosotros este trabajo solo tiene sentido si estáis ahí para leerlo y comentarlo. ¡Gracias y feliz 2016!]]>

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Es tiempo de solidaridad bibliotecaria, ahora y siempre

se respira solidaridad. Todos nos acordamos más de los que menos tienen, y de hecho suele ser la temporada más importante para la recaudación por parte de las ONG que se ocupan de intentar acabar con situaciones de pobreza, exclusión e injusticia social. También en el entorno bibliotecario hay muchas organizaciones que intentan en todo el mundo que las poblaciones empobrecidas puedan tener acceso a la información y el conocimiento, como es su derecho. Vamos a ver algunos ejemplos de solidaridad bibliotecaria -algunos más conocidos, otros menos-, y vamos a daros algunas pistas de qué podéis hacer desde vuestra biblioteca para ayudar.ONGbiblios_Bubhisher

Bubisher, la referencia en España

Empezando por los ejemplos más conocidos, en España tenemos Escritores por el Sáhara-Bubisher, una asociación sin ánimo de lucro que desde 2008 ha ido construyendo en los campamentos de refugiados saharauis de Tinduf (Argelia) una red de bibliotecas y bibliobuses. Sus actividades incluyen la adquisición y distribución de libros y material escolar y de oficina, registro y catalogación de documentos, fomento de la lectura, escritura y expresión oral en español y cursos de formación. Ya están presentes en tres de estos campamentos, empleando a diez trabajadores saharauis que se encargan de mantener las bibliotecas y potenciar el uso del español como segunda lengua para los refugiados. Sus logros han sido posibles gracias a la colaboración, entre otras, de la Biblioteca Central de Cantabria, las Bibliotecas Públicas del Estado de Zamora y Toledo, las Bibliotecas Públicas de Ermua, León, Las Rozas y Villa de Vallecas; y las municipales de Mérida, Chichón, Mejorada del Campo y Azuqueca de Henares. Tenéis más información en su web www.bubisher.org/colabora. Fuera de nuestras fronteras, seguro que habéis oído hablar de Bibliothèques Sans Frontières (BSF), la organización fundada en Francia (aunque con presencia ya en 20 países, entre los que no se incluye España, especialmente conocida por su Ideas Box, un kit multimedia para poblaciones de refugiados y personas en situación de vulnerabilidad durante emergencias humanitarias, que empezaron a utilizar por primera vez en Burundi en febrero de 2014 en un proyecto piloto impulsado junto a ACNUR, la agencia de Naciones Unidas para los refugiados. ONG_biblios_IdeasBoxLa Ideas Box está formada por cuatro componentes -uno de gestión, otro de cine, otro de biblioteca y un último de TICs- e incluye, entre otras cosas, 15 tabletas, 4 ordenadores portátiles con conexión a internet vía satélite, 50 lectores de libros electrónicos con 5.000 libros, y 250 libros en papel, además de cámaras de vídeo y materiales para manualidades. Mediante estas “cajas de ideas”, BSF ayuda a los refugiados para que puedan seguir conectados con el mundo y recibir así información que es vital para ellos, acceder a una formación que refuerce la que reciben en las escuelas (o, en el caso de los adultos, formación profesional y alfabetización), y reconstruir su vida comunitaria. En estos momentos, la ONG está solicitando donativos para apoyar el despliegue de estas “Ideas Box” entre los refugiados sirios que están llegando a Europa. Con ellas, estas personas podrían contar con lugares seguros en los que acceder a información, por ejemplo, sobre los procedimientos administrativos para obtener el estatuto de refugiados, el estado de las rutas de tránsito y los servicios disponibles a nivel local para aliviar su sufrimiento. Hace mucho frío allá donde están.

De India a Lituania

Read Global no es tan conocida en nuestro país, pero es una de las organizaciones pioneras en cuanto a la creación de bibliotecas comunitarias y centros de recursos en países empobrecidos. Desde que comenzaron en 1991 han ido extendiendo su trabajo por India, Nepal y Bhután, y se benefician de sus centros más de dos millones de habitantes de poblaciones rurales en las que la mayor parte de las mujeres son analfabetas y la mayoría de las familias viven por debajo del umbral de la pobreza. Su modelo es interesante porque los Centros Read que se crean son propiedad de la comunidad y gestionados por ella. Cada centro cuenta con una biblioteca, una sala de informática, una sección para mujeres y otra para niños, y una sala de formación. Trabajan con entidades locales para realizar actividades educativas y de empoderamiento económico, en especial de las mujeres. Además, sus centros son autosostenibles porque crean empresas locales, desde cooperativas agrícolas hasta empresas de alquiler de tractores, que generan empleo local y cuyos beneficios están dedicados a cubrir los costes de mantenimiento y las actividades de los centros Read. Ya han creado 85 centros hasta la fecha. Tenéis más información en readglobal.org y en este vídeo, en el que podéis conocer más sobre su trabajo y sobre la maravillosa historia de una anciana de 85 años de una pequeña aldea de Nepal, analfabeta y casada a los 11 años, que nunca había visto una biblioteca pero que donó su tierra para construir una y cambiar la historia de las niñas de su pueblo. Con otro enfoque completamente distinto, otra organización interesante es Electronic Información for Libraries (EIFL), una entidad sin ánimo de lucro con sede en Lituania creada en 1999 por una fundación parte de la Red de la Soros Foundation, que empezó a trabajar con bibliotecas del centro y el este de Europa, pero que hoy se extiende también a África y la región de Asia-Pacífico gracias a la financiación de organizaciones como la UNESCO y de la Bill & Melinda Gates Foundation. Trabajan con las bibliotecas para facilitar que las comunidades de países en desarrollo puedan acceder a tecnologías y contenidos digitales superando las barreras legales y económicas que se lo impiden, para favorecer así su desarrollo económico, científico y social. Tienen, por ejemplo, programas para impulsar la innovación bibliotecaria, programas para proporcionar licencias de acceso a recursos electrónicos para la educación e investigación, y programas para promover un sistema de propiedad intelectual más justo para las bibliotecas, que incluyen recursos, formación y acciones de incidencia política.

Qué podéis hacer

Si queréis colaborar desde vuestra biblioteca en acciones de estos u otros tipos, podéis contactar con alguna de estas organizaciones y podéis hablar con la Coordinadora de ONG de Desarrollo de vuestra comunidad autónoma. En ella os podrán orientar sobre organizaciones que trabajen en los países empobrecidos en proyectos relacionados con bibliotecas, educación y alfabetización. Lo más eficiente es colaborar con organizaciones profesionalizadas que tengan una experiencia de trabajo consolidada con organizaciones locales. Evitad aventuras individuales: el trabajo en cooperación es complicado y requiere un buen conocimiento de las comunidades, de las barreras legales, sociales y culturales que se pueden encontrar, y de qué tipo de acciones funcionan y cuáles no. Lo que está en juego no es la necesidad de calmar nuestras conciencias sino el futuro de personas que viven en situaciones muy difíciles. Es importante no malgastar recursos, tiempo y, sobre todo, no embarcarse en acciones que, sin el conocimiento del terreno y la experiencia adecuada, pueden hacer más daño que bien. ONGBibliotecas_pobrezaceroUna vez al habla con las organizaciones cuyas necesidades y enfoque encaje mejor con lo que queréis aportar, podréis coordinar con ellas el tipo de acciones que puede desarrollar la biblioteca: lo más probable es que pasen por organizar acciones de recaudación de fondos y de sensibilización de la comunidad sobre cuestiones como la pobreza, el desarrollo sostenible y la justicia social. Muchas ONG llevan años trabajando en Educación para el Desarrollo, casi siempre desde el ámbito de las escuelas, por lo que cuentan con materiales estupendos y trabajadores o voluntarios formados que pueden ayudaros en la tarea. En FESABID, además, existe un grupo de trabajo sobre cooperación al desarrollo y bibliotecas en el que os pueden orientar si queréis impulsar vuestras acciones en esta materia. Ésta es su página web. Lo que está claro es que hay mucho por hacer y que son muchas las personas que necesitan que pasemos a la acción. Y también que los sentimientos de solidaridad no deberían acabarse el día que empiezan las rebajas de enero. Esperamos que este post os ayude a acordaros de esto todo el año. ¡Feliz Navidad!]]>

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Bibliotecas ecológicas para combatir el cambio climático

Desde las bibliotecas podemos hacer mucho para contribuir a la lucha contra el cambio climático, con edificios más sostenibles, un mejor uso de los recursos y, también, sensibilizando. Las bibliotecas ecológicas ya están aquí, y han llegado para quedarse. BibliosEcologicas_kaohsiung-public-library (Imagen: plano de la Biblioteca Pública de Kaohsiung, de Taiwan)

Edificios sostenibles

Para empezar la casa por el tejado (y el resto de elementos de la construcción), veamos cómo debe ser el edificio de nuestra biblioteca verde, los elementos esenciales para que una construcción sea considerada ecológica. Para ello, tenemos que tener en cuenta:
  • La elección del lugar en el que se emplaza la biblioteca, para reducir, por ejemplo, la necesidad del uso de medios de transporte para acceder a ella.
  • Una arquitectura bioclimática: con diseños ecoeficientes respecto al consumo de energía, ahorro de agua, uso de materiales locales, reducción de la producción de residuos.
En esta guía de la confederación de Consumidores y Usuarios tenéis información sobre éstas y otras cuestiones como aislamientos de edificios, uso de energías renovables, aire acondicionado e iluminación, que pueden resultar muy útiles si se está decidiendo construir una nueva biblioteca o remodelar o adaptar una ya existente para convertirla en una biblioteca ecológica de verdad.

Planifica tu sostenibilidad

Pero para tomarse realmente en serio la tarea, como en cualquier otro aspecto de la gestión de la biblioteca, es esencial empezar por la planificación. Hemos encontrado al respecto un recurso impagable de la Universidad de Illinois (EE.UU) que identifica las diferentes fases y pasos que debes seguir en esa planificación, y que pasamos a resumiros aquí:
  • Forma un equipo verde: identifica personal de la biblioteca que esté al tanto de las cuestiones operativas, que esté comprometido con la promoción de prácticas responsables desde el punto de vista medioambiental. Intenta incluir personas con diferentes niveles de responsabilidad, y nombrad a un/a coordinador/a. El equipo debe tener autoridad para fijar objetivos y llevar a cabo las acciones necesarias para conseguirlos.
  • BibliotecaEcologica_huellaEvalúa tu huella ecológica: ¿en qué estás utilizando energía y agua, cuánta y cuánto cuesta? ¿Cuántos residuos generáis, y qué parte estáis reciclando? ¿Compráis productos ecológicos? ¿Qué productos compráis que tengan componentes dañinos para el medio ambiente? Identificad también qué hacéis bien y debatid sobre las barreras que habéis encontrado en estas prácticas positivas y cómo las habéis superado.
  • Establece objetivos e indicadores: objetivos tanto a corto como a largo plazo, realistas, específicos y cuantificables, del tipo “vamos a reducir el uso de la energía un 30%”. Preguntaos cómo podéis hacer las cosas de forma más eficiente, evalúa las actividades de la biblioteca teniendo en cuenta su impacto medioambiental.
  • Desarrolla ideas para la acción: compara lo que ya estáis haciendo con vuestros objetivos a largo plazo, crea una lista de proyectos potenciales, incluyendo acciones pequeñas y de gran envergadura. Piensa en qué haríais si fuerais a remodelar la biblioteca, qué haríais si tuvierais que poner en marcha algo mañana mismo. Haced lluvia de ideas, investigad lo que están haciendo otras bibliotecas y buenas prácticas recomendadas por organizaciones y entidades públicas. Pedid sugerencias a los usuarios, al resto de compañeros, a los jefes…
  • Establece prioridades: para hacerlo podéis basaros en los beneficios medioambientales del proyecto, en si son significativos, si es factible, si puedes controlarlo, si es algo que preocupe verdaderamente al personal o a los usuarios, si son acciones con un impacto educativo o con alta visibilidad. Las acciones que más “síes” hayan conseguido a todas estas cuestiones son las que merecen ser prioritarias.
  • Pasa a la acción: trocea cada proyecto en tareas asequibles y objetivos cuantificables cuando sea posible, asigna el personal o los voluntarios/as responsables de cada tarea, identifica los recursos necesarios para llevarla a cabo, define cómo harás seguimiento de su ejecución y usa indicadores que te permitan medirlo. Asigna una fecha tope para completar cada tarea.
  • Evaluación y documentación: define qué necesita ser evaluado, cómo se hará, con qué frecuencia, y quién se ocupara de ello.
  • Involucra a todo el personal y a los usuarios: sensibiliza y forma al personal, realizad recordatorios sobre las medidas adoptadas (recicla, apaga las luces…), haced que sea divertido (premios para las buenas ideas…), integrad las sostenibilidad en la planificación de la biblioteca, que ser algo rutinario y no un mero añadido, informad de los avances que van consiguiéndose.

Ejemplos y recursos

Un buen ejemplo de trabajo bien planificado y comunicado es el de la Biblioteca de la Universidad de Burgos. En esta web podéis encontrar toda la información que han publicado sobre la política ambiental de la Universidad y el sistema de gestión ambiental de la biblioteca, blog, folleto informativo, etc. Hay otros ejemplos de bibliotecas ecológicas, algunos de ellas de reciente construcción como algunas de las que os hablábamos en este post, o cómo las que podemos ver en la web Ecoosfera.BibliosEcologicas_Taipei-Public-Library-Beitou-Taiwan En cuanto a los recursos la cantidad de los que hay disponibles es abrumadora. Por lo que toca a las bibliotecas ecológicas, podéis seguir los trabajos del Grupo de la IFLA sobre Bibliotecas y Sostenibilidad Ambiental, y podéis visitar también la página de la American Library Association sobre la materia, o esta otra de Designing Libraries. Ambas incluyen muchos y muy buenos enlaces a webs, blogs e información de referencia. Que conste que no creemos en las frases tipo “luchar contra el cambio climático (el cáncer, la pobreza…) está en tu mano”. Nos parecen falacias que en demasiadas ocasiones se utilizan para disuadirnos de pedir cuentas a los principales responsables de esta situación, y para consolar nuestra conciencias ante problemas que, sobre todo, necesitan de decisiones políticas claras, éticas y comprometidas. En lo que sí creemos es en que somos responsables de lo que cada uno hacemos en nuestra casa, en el trabajo, en nuestro barrio o en nuestro pueblo. Las bibliotecas también tienen esa responsabilidad, y además ocupan un lugar privilegiado para educar y sensibilizar a los demás. Dejaremos para otro post cómo hacerlo. ¡Feliz semana!]]>

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Uso seguro de internet, también desde la biblioteca

aumento del ciberacoso sufrido por niños y niñas en las redes sociales, o la excesiva dependencia que muchos pequeños muestran por las pantallas. El uso seguro de internet se está convirtiendo en una cuestión importante porque para los nativos digitales la gran red es un espacio imprescindible para comunicarse con otras personas, informarse o expresarte. De hecho, según los datos del Estudio General de Medios correspondientes a 2012 (los que se encuentran disponibles en la red), algo más de un 30% de los niños de 4 años accede a internet, y ese porcentaje va subiendo progresivamente según van cumpliendo años hasta llegar al 94% de usuarios en el caso de los niños de y niñas de 13 años. InternetusoSeguro_ciberacosoPor eso, desde las bibliotecas no se puede perder de vista el asunto de la seguridad en el uso de internet y las redes sociales por parte de niños y jóvenes. La IFLA acaba de publicar unas directrices que pueden ayudar a los bibliotecarios a abordar estos asuntos, en las que incluyen mensajes dirigidos a los padres, a los profesionales y a los propios niños. Vamos a ver sus principales aportaciones.

El papel de las bibliotecas

Aunque la mayor parte de los menores acceden a internet desde sus hogares o desde sus dispositivos móviles, muchos utilizan los equipamientos gratuitos de la biblioteca -y su wifi- para acceder a contenidos y redes sociales. Además de facilitar esa conexión gratuita, la biblioteca es un buen espacio para:
  • Enseñar a los niños sobre seguridad, intimidad y comportamiento online.
  • Proporcionar información y materiales que guíen a los padres, asesorar sobre las últimas tendencias en las redes sociales, y orientarles sobre cómo hablar con los hijos sobre el uso seguro de ellas.
  • Ayudar a niños y padres a abordar situaciones problemáticas.
  • Proporcionar información clara sobre la legislación en la materia.
PremioCILIT_nenesEstas acciones pueden tener forma de talleres puntuales y servicios permanentes. Hace poco hablábamos en este blog de un ejemplo de programa de educación digital dirigido a preescolares que ha sido galardonado en el Reino Unido con el premio “Libraries change lives”, y en el que se ha trabajado con niños y padres y madres que confesaban desconocer qué hacer para que el uso de internet por parte de sus hijos fuera seguro. Ese es un buen ejemplo, pero también es importante que en la misma biblioteca esté disponible para los usuarios información fácil de entender y en diferentes formatos (texto, imágenes, información verbal) sobre el uso seguro de internet. En muchos casos será necesario reforzar primero el conocimiento y la formación de los propios profesionales de la biblioteca sobre las redes sociales, uso apropiado de las mismas, etiqueta, seguridad y privacidad. Teniendo en cuenta que es un entorno enormemente cambiante, esa formación debe estar siempre al día. Una herramienta muy interesante para manteneros informados sobre lo último en uso seguro de internet para niños y niñas es la web de Insafe, una plataforma europea de información y recursos sobre la materia. Ya sabemos que, a menudo, esto se olvida, pero los profesionales de las bibliotecas no pueden en estos tiempos ignorar que internet y las redes sociales ocupan un lugar cada vez más destacado en la forma en que las personas acceden a la información y se comunican. Y los bibliotecarios deben conocer bien esos instrumentos para poder orientar a los usuarios en el uso adecuado si quieren seguir conectando con ellos.

Mensajes para niños y padres

Internet_usoseguro_ciberacoso-noEs importante partir de la idea de que internet es un lugar estupendo para aprender, descubrir, participar y comunicarse, pero que, como en cualquier otra cosa, existen riesgos. La IFLA y otras entidades como las asociaciones de padres y madres de alumnos recomiendan algunos mensajes clave dirigidos especialmente a niños y jóvenes:
  • Todo lo que haces en internet deja huella, y esa información puede ser accesible por personas que tú no controlas incluso dentro de cinco o diez años. Piénsalo bien antes de hacer comentarios o colgar fotografías.
  • Etiqueta: hay que tratar a los demás como te gustaría que te trataran a tí. Si eres víctima de ciberacoso, cuéntaselo a un adulto en el que confíes, alguien que te pueda ayudar. No sufras en silencio y conserva las pruebas si has recibido textos o imágenes desagradables.
  • Los amigos que sólo conoces en internet siguen siendo extraños. Es importante hacer entender a los niños que no deben quedar con ellos sin hablar primero con sus padres o un adulto que conozcas. Para los padres, es importante saber quienes son los amigos que tienen sus hijos en la red, igual que hacen con los que tienen fuera de ella.
  • Si hay algo que te hace sentir incómodo o que te molesta, díselo a tus padres, profesores, bibliotecarios u otros adultos en los que confíes. Te ayudarán.
Hay muchos materiales en la web que te pueden ayudar a ampliar esta información. Muy recomendable es esta página de la Federación de Asociaciones de Padres y Madres de Alumnos de Aragón, que incluso establece normas de uso por edades http://bit.ly/1SPZ4rp Esperemos que esta información os ayude a mejorar el servicio a vuestros usuarios más jóvenes. ¡Feliz semana!]]>

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Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

Visibilizar la experiencia de las bibliotecas en la educación de adultos

bibliotecas públicas europeas reciben 100 millones de visitantes cada año, y de ellos una cuarta parte, 24 millones, participa en actividades de aprendizaje no formal. Son cifras contundentes que nos hablan del cambio del rol de las bibliotecas en los barrios y pueblos, del paso de ser ese lugar donde se estudia y se prestan libros a jugar un papel esencial en el bienestar socioeconómico de la ciudadanía. La experiencia que empiezan a acumular las bibliotecas en la educación de adultos es un elemento sustancial de este nuevo papel, y desde el programa Public Libraries 2020 (PL2020), impulsado por la Reading & Writing Foundation, están visibilizándolo a nivel europeo. Ahora piden la colaboración de todas las bibliotecas para que sea más valorado. pl2020_LibraryChangeLivesPL2020 participa activamente en la Plataforma Electrónica de Educación de Adultos en Europa (EPALE), una herramienta muy valiosa para compartir lo que las bibliotecas están haciendo en la materia, y sensibilizar sobre la importancia de las acciones que llevan a cabo. Desde el programa invitan a todas las bibliotecas a contar su experiencia, bien publicando directamente en el blog de EPALE o enviando a PL2020 la información al correo electrónnico publiclibraries@readingandwriting.eu para que ellos la publiquen. Por cierto, os recomendamos que aprovechéis para daros un paseo por EPALE porque desde esa plataforma podréis acceder a recursos sobre aprendizaje, conocer y contactar con otras instituciones que estén trabajando en la educación de adultos y estar al día de noticias, convocatorias y actividades.PL202_EPALE

Un espacio único

Desde PL2020 defienden que visibilizar el papel que las bibliotecas juegan o pueden jugar en el aprendizaje a lo largo de toda la vida es especialmente importante en un momento en el que las sociedades europeas buscan fórmulas para integrar a grupos de población que están quedándose excluidos, sobre todo en lo que se refiere al mercado laboral. Europa lleva mucho tiempo debatiendo qué hacer, por ejemplo, con los trabajadores especializados que quedan en la calle cuando se cierran fábricas por la deslocalización de la producción a Asia. O qué hacer con todos esos sectores de la población excluidos porque no tienen los recursos necesarios para salvar la brecha digital. Seguro que a todos os suenan “palabros” como “flexiseguridad” con los que llevan tiempo justificando reformas laborales sin conseguir resultado positivo alguno. Se impone un cambio de enfoque, porque esto no es ni China ni EE.UU: esto es Europa. Las bibliotecas, dicen en PL2020, “son un espacio único para las personas en situación de desventaja socieconómica, (porque) les ofrecen actividades como programas de aprendizaje a lo largo de toda la vida y formación en el desarrollo de aptitudes digitales para jóvenes que abandonan la escuela antes de tiempo, personas adultas y desempleadas”. Y lo que quieren es demostrar a los responsables de la toma de decisiones políticas el excelente trabajo que hacen las bibliotecas en estas materias para fortalecer las políticas europeas de forma que las bibliotecas puedan alcanzar todo el potencial que tienen para contribuir a la inclusión social y digital, y al aprendizaje permanente.0909 También trabajan desde PL2020 con el sector bibliotecario para reforzar su capacidad de defender y visibilizar por sí mismo esas contribuciones, y para que pueda participar en iniciativas de este tipo a nivel europeo. Por eso nuestra segunda recomendación de hoy es que no perdáis de vista su web, para estar pendiente de sus iniciativas y convocatorias. Por ahora, si queréis, podéis participar contando lo que hacéis desde la biblioteca en materia de educación de adultos. ¡Seguro que es muy bueno!]]>

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Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com