Canción de verano bibliotecaria

 

 

En el hemisferio en el que se cuece (literalmente) este blog: es verano. Y una de las tradiciones seculares del verano hasta hace no tanto: eran las canciones del ídem. Esas tonadas facilonas, de letras sonrojantes la mayoría de las veces, con ritmos básicos y a ser posible acompañadas de coreografías propias de una fiesta de fin de curso de parvulario. Por mucho que digan que la omnipresente Despacito de Luis Fonsi es la elegida para este 2017, no es cierto: la canción se publicó el 12 de enero y lleva triunfando en las listas desde entonces.

El cambio climático lo está trastocando todo. En el tiempo de la posverdad, el calentamiento global y las redes sociales: el dejarse mecer por un ritmo tontorrón y por letras simplonas ha perdido la estacionalidad. Ahora la canción del verano es la banda sonora de todo el año como las, antaño, serpientes de verano (esos culebrones informativos con los que se entretenía al personal mientras daban cabezadas): reptan por las redacciones y, sobre todo, por Internet durante los 12 meses sin interrupción. De hecho las canciones y serpientes de verano han ido emparejadas desde sus orígenes. Por eso no es de extrañar que el inevitable Despacito posea, según los expertos, lo que se denomina: gusano de oído.

 

Tuit del músico, productor y compositor Nahúm García en la que explica el secreto del éxito del tema de Luis Fonsi y Daddy Yankee. En la web musical Jenesaispop lo explican en detalle.

 

Son las conclusiones de Jessica Grahn, neurocientífica de la Universidad de Ontario, que recientemente concedía una entrevista a la BBC para tratar de explicar, científicamente, la razón por la cual determinados temas conocen un impacto global y consiguen arrasar por encima del resto. Un intento (vano) más por conseguir la fórmula del éxito.

Nada que reprochar. Será el calor, será el goteo incesante del tema de Fonsi y Daddy Yankee, será que los gusanos se han convertido en serpientes y nos colonizan el cerebro: que en este post nos rendimos a lo facilón, a la rima fácil, a la gracieta de adolescente. Lo cual no quiere decir que en el resto de posts no lo hayamos hecho: la diferencia es que aquí es de manera consciente. Después de todo ¿no aspiran las bibliotecas también al éxito masivo? De ahí que demos a todos los palos con este texto tutti frutti: en un intento por lograr ese estribillo redondo que siempre se escabulle .

 

 

Como cada verano diferentes administraciones ponen en  marcha las campañas de verano a través de los bibliobuses. En la ciudad india de Naihati  no cuentan con bibliobuses pero cuentan con el empeño y las buenas piernas de Alamgir Hossain Shrabon. Empeñado en hacer llegar la lectura hasta la última aldea: este profesor pedalea transportando un carrito de los que se usan como puestos ambulantes de comida repleto de libros.«Quiero erradicar la pobreza a través de la educación» declara Shrabon, que además, ha creado dos centros de formación para mujeres, así como talleres gratuitos para formar en el uso de nuevas tecnologías.

Pero de la edificante historia del profesor hindú, aparte de con su arrojo, nos quedamos con el carrito. Los jóvenes ya no tienen memoria de los clásicos carritos de helados o de comida que antaño circulaban por las ciudades. Salvo los puestos ambulantes que desfilan previos a alguna cabalgata o procesión: la venta ambulante de helados y alimentos es cosa más bien del pasado. Vivimos en la eclosión de los food trucks o furgonetas de comidas. Pero aquí y ahora apostamos por lo clásico.

¿No sería una buena idea rescatar uno de esos carritos de helados para prestar libros? Prestar libros y vender/regalar helados si alguna marca tuviera la visión comercial suficiente para promocionarse en alianza con la cultura. Puede que alguno de los libros terminase como los que aparecen en una de nuestras cuentas de Instagram favoritas: Ice Cream Books: pero el impacto que se conseguiría haría que mereciera la pena.

 

La Biblioteca Newberry de Chicago está especializada en colecciones sobre religión. Entre los 80.000 documentos que conforman sus fondos se encuentran no pocos textos sobre brujería, magia o espiritismo. Pero pese a lo antiguo de los fondos que allí se conservan: sus responsables han demostrado estar firmemente asentados en nuestros días. Ahora que tanto se habla de que los usuarios intervengan en la toma de decisiones de los centros bibliotecarios: la Biblioteca Newberry ha publicado en el portal Transcribing Faith tres manuscritos sobre magia para que cualquier internauta, que se vea capacitado, les ayude a transcribirlos, corregirlos y comentarlos. Un trabajo colaborativo para acometer una de las tareas, hasta ahora, más especializadas y celosamente reservadas por el gremio bibiotecario y archivero.

La gran Lola siempre adelantada a su tiempo.

Es lo que se lleva: presupuestos participativos, toma de decisiones asamblearias, la necesaria transparencia del sistema. Todo razonable, democrático, políticamente correcto y con la bendición que se le presume siempre a lo consensuado. Pero en tiempos en que prima el descrédito de la opinión docta y la desconfianza hacia todo lo que provenga de la academia: hay que estar bien alerta ante los inventos que puedan surgir de este afán por el igualitarismo a ras de tierra.

Como ejemplo el reciente anuncio de la RAE aceptando el uso de iros por idos: un necesario triunfo del uso popular de la lengua, que en las redes, se ha traducido en un nuevo linchamiento contra la labor de la RAE por tener un pasado machista. Una manera de mezclar churras con meninas (ya puestos a amoldar el lenguaje a nuestro gusto: ancha es Castilla) y es que «si me aconvenzo, si me aconvenzo» las cosas son como yo quiero que sean y se acabó que cantaba María Jiménez.

 

 

Cuando allá por el verano del 2001, la pareja formada por las tuneadas Sonia y Selena, copó las listas de éxitos con su tema Yo quiero bailar: no faltaron los comentarios insidiosos tildando a las esforzadas cantantes de parecer salidas de una de esas películas, que en los videoclubes, solían esconderse en los rincones más discretos del local. Y si hay un gremio que puede comprender mejor que ninguno lo injusto que resulta el que te cataloguen estéticamente en un estereotipo ese es, sin duda, el bibliotecario.

Algunos de los bibliotecarios retratados por Kyle Cassidy en su libro-homenaje a las bibliotecas y los bibliotecarios.

No sabemos si el último libro de la fotógrafa Kyle Cassidy va a incidir de alguna manera en que evolucione la imagen del gremio; pero incluye algunas reflexiones que nos gustan mucho. This is what a librarian looks like: a celebration of libraries, communities, and access to information (Esto es lo que parece un bibliotecario: una celebración de las bibliotecas, las comunidades y el acceso a la información) es el resultado de los viajes por los Estados Unidos de Cassidy fotografiando bibliotecarios y recogiendo sus opiniones e ideas en torno a su trabajo. Aunque se pueden seguir estableciendo ciertos criterios estéticos comunes entre algunos de los retratados: también hay disidencias estéticas que rompen el estereotipo. ¿Quién sabe? puede que dentro de poco el canon estético de Sonia y Selena termine asomando en futuros retratos del gremio.

Pero más allá de la apariencia, que por algo estamos hablando de bibliotecas, nos quedamos con las declaraciones de una de las bibliotecarias retratadas. Jaina Lewis, bibliotecaria juvenil en la Biblioteca de Westport, describe sus tareas de una forma con la que más de uno podrá identificarse:

«Por la mañana, soy una estrella de rock en una habitación llena de niños en edad preescolar; a mediodía, soy una trabajadora social ayudando a buscar recursos para la búsqueda de empleo; por la tarde soy una educadora que lleva a los niños a un taller de ciencias. Los bibliotecarios servimos para muchos propósitos y usamos distintos sombreros, pero todos sirven para lo mismo: cambiar vidas.»

 

 

El verano también es tiempo para nostalgias: ahí estaba el Dúo Dinámico, otros clásicos del repertorio veraniego, con su tema El final del verano. Pero no parece que haya sido ese tipo de nostalgia la que haya incidido en la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos para publicar un libro en el que recupera el olvidado arte de los catálogos de tarjetas.

La estupenda encuadernación de The Card Catalog.

The Card Catalog: books, cards and treasures literacy (El catálogo de fichas: libros, tarjetas y tesoros literarios): en el que se reúnen algunas de las tarjetas que, durante décadas, sirvieron para recoger los datos de las publicaciones y para dejar fe del buen pulso de los catalogadores a la hora de completar las fichas. El libro deja constancia de los esfuerzos de los bibliotecarios por intentar organizar unas colecciones que crecían sin parar; e incluso se hace eco de las rivalidades que se establecieron entre bibliotecarios a la hora de imponer sus criterios.

La glaciación digital arrasó con todo ello, pero dejó algunas situaciones curiosas que el libro recoge: sobre el modo en que algunas bibliotecas se despidieron de sus viejos ficheros. En una biblioteca de Maryland ataron las fichas a globos llenos de helio y las lanzaron al cielo; otras celebraron incluso funerales en homenaje a sus entrañables catálogos de fichas.

Hoy día lo digital deja poco margen para imprimir un toque personal en un trabajo tan reglado como es la catalogación. La personalización se margina a los tejuelos, y como mucho, a los códigos de barras. ¿Los códigos de barras? Pues sí: los códigos de barras son como las caprichosas marcas que el bañador o los anillos (en caso de practicar el nudismo) dejan en la piel bronceada: una inesperada demostración de que la diferencia está en los detalles. Es una pena que la falta de tiempo no permita «customizar» los códigos de barras de las bibliotecas. Podría dar lugar a comentarios gráficos sobre la temática de los documentos tan estimulantes como estos que provienen (cómo no) de Japón:

 

 

Y hasta aquí llegó el repaso a algunas de las posibles tonadillas de verano con aires bibliotecarios. Quedan en el tintero éxitos potenciales como MARCarena de Los del Río, Sólo se registra una vez de Azúcar Moreno o Ven, catalógame otra vez de Lalo Rodríguez. Pero toda tontería tiene un límite. Es hora de desconectar y dejar que la audiencia relaje oídos y vista.

En los programas de entretenimiento de la televisión estadounidense se ha puesto de moda improvisar canciones con las estrellas que van de invitados. Estos sketches musicales son el equivalente frívolo a los conciertos unplugged (desenchufado) que tan en boga estuvieron hace un tiempo. Así pues vamos a desenchufar durante unas semanas este blog con un tema muy apropiado: el Holiday de Madonna cantado en el show de Jimmy Fallon: ¡Holiday! ¡Celebrate!

 

 

About Vicente Funes

Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

Sexo, drogas y tejuelos. Cara A

 

Portada de la cantante y actriz francesa nacida en Alicante: Jeanne Mas. Ejemplar digno de formar parte de nuestro reto #bibliobizarro.

 

Puede que los Rolling sigan saliendo de gira, puede que Springsteen siga reventando estadios con su vozarrón, y hasta que Rosendo actúe un año más en el Viñarock. Pero hay frases a las que les queda menos fuerza que a una litrona sin tapón en un botellón del mes de agosto.

Rock is dead
(El rock está muerto)

 

Marco incomparable, los viejos roqueros nunca mueren o sexo, drogas y rocanrol: estas frases, y muchas más por supuesto, deberían aparecer tachadas, en cualquier manual de estilo que se precie. Después de décadas de pop, música electrónica, punk, grunge, hip hop, ambient, trip hop, tecno industrial, etc…: el rock, tal y como se entendía en tiempos de Woodstock, resulta de lo más conservador.

Dos de los integrantes del grupo de trap nacional: PXXR GVNG (ahora llamados Los Santos) durante el rodaje del vídeo para su tema: Tu coño es mi droga.

Ni uno solo de los movimientos juveniles que han surgido desde que en los 60, los publicistas, decidieron encumbrar lo juvenil a los altares: ha sobrevivido al margen del sistema. Ahora se habla mucho del trap y su rabiosa independencia, de su discurso fuera de los estándares del capitalismo, de su orgullosa marginalidad enraizada directamente en el lumpen. Y desde el mismo momento en que saltó su nombre a los medios ya empezó la cuenta atrás para ser asimilado por la industria.

En fin que le vaya bonito el espejismo de rebeldía a esa mezcla de reggaetón con electrónica saturada de voces distorsionadas por autotune que define al trap. Nosotros con la sabiduría que nos aporta hablar de instituciones muuucho más antiguas que el rock, e incluso que el blues, el soul y toda la música negra de la que provienen los sonidos de toda la cultura juvenil occidental: regeneramos el lugar común y reiteramos que la única rebeldía posible, hoy día, pasa por las bibliotecas.

We can be heroes, just for one day
(Podemos ser héroes, solo por un día)

Sexo, drogas y tejuelos. O lo que es lo mismo: si se trata de manifestar la disconformidad, el rechazo, o simplemente la urgencia por crear un mundo propio no hay nada más revolucionario que usar (que no ocupar como simples estudiantes) una biblioteca. Ya sosteníamos que Las bibliotecas son el nuevo rocanrol. Pero aquí vamos más allá. Los «malotes» del rap, del hip hop o del trap se han esforzado y se esfuerzan hasta la extenuación por desmarcarse, por hacerles continuas peinetas a todo y a todos: y no contemplan ni por asomo el hecho más subversivo que, tras décadas de gestos juveniles estereotipados, supone el explotar los fondos de una biblioteca.

Jesus died for somebody’s sins / But not mine
(Jesús murió por los pecados de alguien, no por los míos)

Algunos con más visión de futuro sí han sabido verlo. Y así tipos como el rapero El Piezas se volcaron a leer la obra de Nietzsche tras descubrir lo mucho que su admirado Marilyn Manson lo citaba en sus canciones; o el también rapero (antes-molaba-se-ha-vuelto-muy-comercial-se-ha-vendido) C. Tangana que empezó con lo de las rimas mientras cursaba Filosofía en la Complutense; o los que fueron los archienemigos de este último, Los Chikos del Maíz, y sus variadas referencias literarias y cinematográficas. Desde Inglaterra la rapera y escritora Kate Tempest mezcla a Virginia Woolf, Yeats, la Odisea o la figura de Tiresias que impregnan tanto sus obras literarias como sus rimas raperas.

Luego por supuesto quedan los clásicos. Keith Richards, satánica majestad reconvertido en santo patrón bibliotecario tras desvelar en sus memorias: que alguna vez hasta había pensado en retirarse  para formarse como bibliotecario.  Eso no quita para que también, según noticia publicada en el Daily Mirror hace unos años: el guitarrista de los Rolling acumulase una deuda de hasta 3.000 libras por retraso en devolución de obras en una biblioteca. En fin que nadie se ponga moralista, que si se hiciera una auditoría por retrasos en los carnés personales de los bibliotecarios y sus familias: seguro que lo de Richards se quedaba en una fruslería.

 

Knock-knock-knockin’ on heaven’s door
(Toc, toc, llamando a las puertas del cielo)

 

Morrisey junto a su madre.

Pero la nómina de músicos con afinidades bibliotecarias no acaba aquí. En un repaso con flow podríamos hablar de Bowie que se definió así mismo con la frase «nací bibliotecario con instinto sexual« (sic). A Bowie le perdonamos esto y más, pero ¿en qué estaba pensando? ¿cómo creía que se reproducen los bibliotecarios? ¿por esporas? Lo bibliotecario, en el caso de Morrisey, lo llevaba en las venas. Su madre fue bibliotecaria y se ocupó muy bien de cultivar el amor por los libros en su inquieto vástago. Solo hay que repasar la discografía de The Smiths para constatarlo.

En nuestro país la que más veces, y más claro, ha declarado su amor por la profesión bibliotecaria ha sido Alaska. Su marido Mario Vaquerizo nunca ha tenido reparo en reconocer que copia todo lo que le gusta: así que no es de extrañar que hace poco se matriculase en Biblioteconomía en la Complutense. Parece que finalmente lo ha dejado, debe ser duro eso de compaginar la vida de estrella mediática con las reglas de catalogación; pero le dio tiempo incluso a formar parte de la felicitación navideña de una biblioteca.

 

Alberto García Alix fotografiando a la bibliotecaria vocacional Alaska.

 

Poor is the man whose pleasures depend
on the permission of another
(Pobre es el hombre cuyos placeres dependen
del permiso de otros) 

 

Ralf König dando de nuevo en el clavo en su última novela gráfica. La evolución del erotismo a través de los avances en soportes de la pornografía.

Pero hemos prometido rescatar del desguace la famosa tríada. Y si esta empieza con sexo. Justo es que hablemos de sexo (sin que Elena Ochoa vaya a aparecer por ningún sitio). Por seguir con frases a tachar la de vive rápido y deja un bonito cadáver: con la de terroristas suicidas que oscurecen nuestro horizonte: ha perdido cualquier atisbo de gracia que pudiera tener. Y otro tanto valdría para el sexo: se abusa y se ha abusado tanto de él como reclamo en vídeos, letras y poses: que no es de extrañar que algunos estudios sostengan que los millenials son la generación a la que menos les interesa el sexo.

Se consuma, o no, porno: la pornografía está omnipresente en nuestras vidas. Lejos ya de lo sicalíptico, de la pillería del porno setentero influido por las teorías del amor libre hippie, y del ingenuo destape de nuestra Transición: la industria pornográfica ha monopolizado las expresiones de lo erótico en nuestra sociedad.

No es de extrañar que colecciones como La sonrisa vertical echaran el cierra allá por el 2004: la eficacia industrial del porno digital ha manufacturado hasta la última de las fantasías sexuales despojándolas de cualquier misterio. Incluso desde dentro de la propia industria están surgiendo voces que defienden otras maneras de representar lo sexual de las que ya hablamos en Desnudos integrales sin exigencias del guión (Shakespeare y el porno).

I love to love you baby…
Do it to me again and again
(Adoro amarte baby
Házmelo una y otra vez)

Por eso se hace más importante que nunca reivindicar el erotismo desde la biblioteca. En Acróbatas del tejuelo: libertad de expresión en bibliotecas recogíamos casos reales de censura en bibliotecas españolas. Podríamos añadir la que aconteció en la biblioteca X,  hace unos meses, cuando al querer acoger unas jornadas sobre erotismo en las que participaban sexólogos, psicopedagogos (que no gogós) y neuropsicologos: fue vetada por los responsables políticos al no considerarlo apropiado para una biblioteca.

En fin. Tal vez si tuviéramos la tradición de bibliotecas nacionales como la de Francia (con su sección  L’Infern (El infierno) o la British Library con su Private case (Baúl privado): no habría pasado algo así. Nuestra Biblioteca Nacional no tiene una sección dedicada al erotismo, lo cual no quiere decir que no cuente con fondos sobre la materia, pero sin darles el protagonismo que por ejemplo le dieron franceses o ingleses. En su ensayo Culturas del erotismo en España 1898-1939, la profesora española de literatura de la Universidad de California, Maite Zubiaurre sostiene que en España unimos mucho el humor con el sexo por pura vergüenza, por haber sido históricamente incapaces de asumirlo con naturalidad.

Ay qué gustito pa mis orejas
Enterradito entre tus piernas

 

 

El pasado mes de abril se inauguraba en la biblioteca patrimonial de la ciudad gala de Dijon la exposición Project X. Dicha exposición se encuadra dentro de un programa cultural que está desarrollando la biblioteca orientado a público adulto, en el que además de mostrar algunos de los tesoros «ocultos» de las colecciones: se celebran encuentros literarios en torno al amor, el deseo, el placer, en definitiva, el sexo.

Desde el siglo XVIII hasta nuestros días: los libros, ilustraciones, grabados o postales recorren los vericuetos del deseo y sus representaciones. El material más «sensible» se resguarda tras una pantalla simulando un espacio que denominan como en la biblioteca madre francesa: el infierno. Tiene restringida la entrada a menores de 16 años, pero como declaraba el responsable de la exposición el día de su inauguración: «los adolescentes de hoy han visto cosas peores en la web«.

 

Detalle de la revista bianual dedicada al erotismo más cool: Odiseo.

 

Las clandestinas Biblias de Tijuana que desde los años 20 a los 60 ofrecían la versión porno de las historias que Hollywood servía en la gran pantalla.

En la Biblioteca Pública de Nueva York, el año pasado, se centraron en recuperar y restaurar algunos de las obras más tórridas de sus colecciones. Esos títulos marcados con *** que venía a indicar a principios del siglo XX, tal cual como los rombos en los programas de televisión, que los contenidos eran para adultos. Aunque las colecciones que la Biblioteca conserva de índole erótica no estén en una sección, sino dispersos por sus diferentes sedes, en ningún caso alcanzan el tamaño e interés que tiene L’Infern francés (ya se sabe que nuestros vecinos del norte siempre han sido unos avanzados en estas cuestiones). No obstante localizaron algunas obras de lo más curioso.

Girl, you’ll be a woman soon
Soon, you’ll need a man
(Chica, pronto serás una mujer
Y pronto necesitarás a un hombre)

Número especial de la revista Playboy impreso en braille.

Entre literatura pulp, postales y pósteres. Se localizaron libros disfrazados de tratados de sociología con títulos tan sugerentes como: Los orgasmos de masas: un estudio de sexo en grupo o camuflados como tratado de leyes bajo títulos como La fornicación y la ley. Estas obras vienen a ser, en formato impreso, lo que muchas cintas de VHS, en la década de los 80, suponían respecto a los grandes éxitos del cine o la televisión.

Falo Crest, La guarra de las galaxias, Eduardo Manopajeras, Semental Querido Watson o Mujeres al borde un ataque de miembros. Todas ellas dignas igualmente de nuestro #bibliobizarro.

Aunque en los fondos también incluyan documentos con firmas más respetables, pero igualmente rijosas: desde dibujos animados del novelista Jack Kerouac, fotografías eróticas de Man Ray con poemas de Benjamin Péret o incluso dibujos a lápiz de William Faulkner en pleno ayuntamiento (carnal) con su amante Meta Carpenter.

Only you can cool my desire
Oh, I’m on fire
(Solo tú puedes calmar mi deseo
Oh, estoy ardiendo)

 

La sound wave (ola de sonidos) de la artista Jean Shin.

 

En definitiva, la cuestión del erotismo en las bibliotecas se resuelve sabiendo en qué espacios ubicar los materiales o las actividades que se programen; y concretando a qué público van dirigidas. La biblioteca del siglo XXI puede y debe hablar de todo, y por lo tanto debería acudir al rescate del erotismo desde la cultura. Que su única contribución fuera la de proveer de obras tipo Cincuenta sombras de Grey a los ciudadanos, francamente y sin juzgar los gustos de nadie, sería empobrecer algo tan interesante y necesario.

 

Charlotte Gainsbourg es una de las actrices fetiche del provocador cineasta Lars Von Trier. Y fue la protagonista de su díptico Nymph()maniac (2013)

 

De este post se podrían sacar varios singles. Huelga decir que pese a su publicación en digital ha nacido con alma de vinilo. Por eso la próxima semana le daremos la vuelta en el plato y dejaremos que la aguja gire en los surcos de su Cara B. De momento lo dejamos en todo lo alto (y se admiten segundas y terceras lecturas a esta frase).

Entre las abrasivas estrofas que jalonan las diferentes pistas de este texto no hemos incluido el clásico por antonomasia: el Je T’aime,…moi non plus de Jane Birkin y Serge Gainsbourg. Es mejor quedarse con una de las consecuencias de su orgasmo a 45 rpm: su hija, la actriz y cantante, Charlotte Gainsbourg.

 

About Vicente Funes

Vicente Funes, técnico especializado bibliotecas. Gestor de las redes sociales de Infobibliotecas. No dudes en contactar conmigo en: vfunes@infobibliotecas.com

Lectura por grupos musculares

 

Todo va tan rápido que ignoramos las señales hasta que el choque es inevitable. Los cierres de bibliotecas en Reino Unido de los últimos años estaban creando el caldo de cultivo perfecto para el triunfo del brexit. ¿Qué otra cosa más que la cerrazón intelectual y reflexiva (independientemente de lo que se opine sobre la UE) se podía prever del debate público en un país que ha pasado de crear  instituciones como las bibliotecas públicas a cerrarlas a mansalva?

Y las señales, bueno no, las evidencias prosiguen día a día. La última: la amenaza de cierre de bibliotecas en el distrito sur de Londres, concretamente: de la biblioteca de Carnegie en Herne Hill y la de Minet en Myatt’s Fields. Según las autoridades municipales de Lambeth para reconvertirlas en gimnasios. Buena idea, así los hooligans tendrán más sitios donde ejercitarse, y cuando viajen de nuevo a Madrid por un partido de la Liga de Campeones; en lugar de tomarse un relaxing cup of coffee in the Plaza Mayor: humillarán con más brío a indigentes y camareros.

 

 

Aunque hay que ser justo. Activistas londinenses (nos gustaría pensar que de ese 48,1% que votaron contra el brexit) se han movilizado en la campaña Defend The Ten que persigue impedir a las autoridades esta reconversión gimnástica de las emblemáticas bibliotecas del barrio. Tienen argumentos en los que apoyarse: según las estadísticas de 2015 ambas bibliotecas mejoraron en número de visitas, nuevos socios, préstamos y colecciones.

La última acción de esta plataforma Defend The Ten ha sido rodear las citadas bibliotecas con las cinematográficas cintas policiales que señalan el escenario de un crimen. La mayoría, afortunadamente, sabemos de estas cintas por las películas y confiamos en no tener que verlas en la vida real; pero la protesta no puede resultar más elocuente. ¿A cuántos lugares no nos gustaría envolver con las fotogénicas cintas? Pero las autoridades municipales del distrito londinense tienen antecedentes en convertir bibliotecas en gimnasios a pocos kilómetros.

 

La biblioteca de Carnegie en Londres escenario del crimen.

 

En el más céntrico y también cinematográfico barrio de Notting Hill (aquel en donde un modesto librero enamoraba a una estrella de Hollywood): una orgullosa placa en los números 206-208 de la calle Kensington Park Road anuncia The library. Por el aspecto externo podría serlo, y una vez dentro sus salones y espacios dejan claro que allí hubo una biblioteca de verdad: pero la maquinaria que ahora ocupa el espacio del patio central evidencia que hace tiempo se transformó en un exclusivo centro deportivo.

 

The library, el gimnasio inteligente en Notting Hill.

 

Tanto la imaginería que utiliza este exclusivo club, como la terminología que aplica a sus diferentes servicios y actividades, explota el mundo bibliotecario. La pena es que una vez entras en secciones de su web con nombres tan prometedores como The reading room lo que te encuentras es una selección de revistas, artículos y capítulos de libros en PDF sobre alimentación, moda, o por supuesto, deporte.

Nada que objetar, salvo su falta de ambición. Si has creado un gimnasio que parece una biblioteca, si se autodefinen como «el gimnasio inteligente»: ¿por qué no recuperar, aunque sea un poco, el espíritu de la Academia griega?, ¿no resultaría mucho más innovador integrar la oferta propia de una biblioteca a las rutinas para mantenerse en forma?

 

Hugh Grant, que encarnaba al tímido librero en la romántica Notting Hill (1999), también encarnó a Lord Byron en la cinta de Gonzalo Suárez: Remando al viento (1988). El poeta romántico por excelencia fue un gran nadador que, entre otras hazañas, cruzó en una hora el estrecho de Dardanelos en Grecia.

 

Con estas conexiones deportivas-literarias ¿por qué no incluir junto a la preceptiva tabla de ejercicios equivalencias literarias-musicales-cinematográficas-comiqueras….? Cultura por grupos musculares. Si el cerebro es el que hace moverse a los músculos ¿por qué se le utiliza tan poco en los entrenamientos? Promovamos un desarrollo integral. Hasta la tecnología se pone de nuestra parte: las últimas innovaciones en el campo del deporte son fácilmente explotables para nuestros propósitos:

 

Los auriculares Sony Walkman NWWS413

 

Sony acaba de lanzar un walkman resistente al agua dulce o salada, con memoria interna de 4 GB y con una autonomía de 12 horas. En pleno boom de los audiolibros ¿no resultaría estimulante escuchar el microrrelato Natación de Virgilio Piñera mientras se siente el agua discurrir por nuestro cuerpo a cada brazada? ; en un deporte al aire libre ¿no se recuperarían las fuerzas al escuchar que: “la verdadera libertad consiste en el pleno dominio de uno mismo” u otras tantas reflexiones igual de energizantes de Montaigne?

 

El Apple Watch Nike: ¿cuándo van a lanzar un reloj inteligente que, además de los pasos o las calorías, contabilice lo que lees cada día?

 

Apple ha lanzado un reloj en colaboración con Nike para cuantificar tanto el ejercicio que haces como lo que comes o duermes. Este afán obsesivo por monitorizarse, por registrar hasta las intimidades de tu organismo de manera voluntaria: va allanando el camino para que, cuando la Inteligencia Artificial nos rodee por completo, aceptemos su dictadura sin resistencia. Pero puesto que es algo que parece irremediable: ¿por qué no incluir en esas mediciones lo que leemos, vemos y escuchamos?

El casco para ciclistas Coros LINX Smart Cycling Helmet.

El Coros LINX Smart Cycling Helmet, así con bien de palabrejas que le den empaque anglófilo, es un casco para ciclistas que no sabemos muy bien si se ajustará a los preceptos de la seguridad vial. El caso es que permite escuchar música y comunicarnos con manos libres.

Sentir como nuestra cara corta el viento a cada pedalada, mientras nos recitan las deliciosas anécdotas que Miguel Delibes reunió en su librito Mi querida bicicleta: puede que no nos lleve a vestir el maillot amarillo pero el placer del paseo se incrementará a cada kilómetro.

Pero volviendo al gimnasio. Si a Woody Allen al escuchar a Wagner le entraban ganas de invadir Polonia: ¿qué energías no insuflará el agarrar las mancuernas para hacer un press militar al ritmo de la obertura de Los maestros cantores de Nüremberg? Si Blake Edwards nos enseñó en 10, la mujer perfecta que el Bolero de Ravel servía para hacer el amor ¿cuántas calorías no se quemarían a su ritmo en la elíptica?

 

Nicki Minaj, todo elegancia y distinción promoviendo la estética del gimnasio como fábrica de clones a mayor gloria de Mediaset y medios afines.

 

¿Acaso la Primavera de Vivaldi, la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart o un vals de Strauss no se avienen mejor al cuerpo y al espíritu que el Black Flame Remix del Anaconda de Nicki Minaj para los sprints, escaladas y pedaleos suaves que exige el spinning? , ¿qué imprevistas conexiones neuronales se activarán al identificar el placer de la música clásica con la rutina de los ejercicios?

 

 

¿Qué relatos serán los idóneos para ejercitar glúteos y femorales? ¿y los más indicados para acompañar el peso libre en el press banca o en las sentadillas? ¿qué autores acompañarían mejor las superseries de peck deck? Se excluyen a Chuck Palahniuk o Murakami por demasiado obvios.

 

Al final al mirarse en el espejo para comprobar los resultados de tanto esfuerzo no se quedaría en un hueco acto narcisista; porque esos bíceps desarrollados serían la consecuencia tanto de las mancuernas como de los microrrelatos de Andrés Neuman; esa espalda musculosa no sería solo por las dominadas sino también por las reflexiones de Marco Aurelio; y esos abdominales bien definidos se habrían logrado al ritmo de la prosa de Ricardo Piglia. El equilibrio entre mente y cuerpo sería una realidad y ese bienestar que pregonan las revistas de tendencias algo más que un mero eslogan.

 

 

La malcasada de Luis Alberto de Cuenca

 

Me dices que Juan Luis no te comprende,

que sólo piensa en sus computadoras

y que no te hace caso por las noches.

Me dices que tus hijos no te sirven,

que sólo dan problemas, que se aburren

de todo y que estás harta de aguantarlos.

Me dices que tus padres están viejos,

que se han vuelto tacaños y egoístas

y ya no eres su reina como antes.

Me dices que has cumplido los cuarenta

y que no es fácil empezar de nuevo,

que los únicos hombres con que tratas

son colegas de Juan en IBM

y no te gustan los ejecutivos.

Y yo, ¿qué es lo que pinto en esta historia?

¿Qué quieres que haga yo? ¿Que mate a alguien?

¿Que dé un golpe de estado libertario?

Te quise como un loco. No lo niego.

Pero eso fue hace mucho, cuando el mundo

era una reluciente madrugada

que no quisiste compartir conmigo.

La nostalgia es un burdo pasatiempo.

Vuelve a ser la que fuiste. Ve a un gimnasio,

píntate más, alisa tus arrugas

y ponte ropa sexy, no seas tonta,

que a lo mejor Juan Luis vuelve a mimarte,

y tus hijos se van a un campamento,

y tus padres se mueren.

About Vicente Funes

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Del periodismo hecho literatura, y otras recomendaciones del mes

Destacados1512_SvetlanaEsta entrada de recomendaciones sobre novedades para vuestra biblioteca va a estar especialmente dedicada a libros que nos hacen entender que el (buen) periodismo también puede ser (buena) literatura. Para ello, empezamos con la Premio Nobel 2015, Svetlana Alexiévich, que hace unos días recibía el galardón en Estocolmo, y de la que, como sabéis, solo se había editado en castellano su obra “Voces de Chernóbil” antes de recibir el galardón. Pues bien, empiezan a salir a la luz otras, como “El fin del «Homo sovieticus»”, que acaba de sacar Acantilado en la que da voz a cientos de damnificados por el terrible experimento que fue la URSS; o como la que destacamos aquí, “La guerra no tiene rostro de mujer”, su opera prima considerada una obra maestra del periodismo de investigación, que se acerca a las mujeres que combatieron en las filas del Ejército rojo o de los partisanos contra Hitler en la Segunda Guerra Mundial. “No escribo la historia de la guerra, sino la historia de los sentimientos”, ha dicho la autora de este libro. Hay relatos como los de una francotiradora que recuerda los escalofríos y el miedo que sacudieron su cuerpo el primer día que pasó del blanco de madera a un ser vivo, o como el de una de sus compañeras que, de los momentos de combate no recuerda pájaros ni otros colores que el negro y el rojo. Es, como ella misma denomina sus obras, una “novela colectiva”, una “novela de confesión”. DestacadosNov15_periodismoYa en tierras nuestras, pero en la misma línea que une periodismo y literatura, hablamos de El periodismo es un cuento”, una recopilación de los mejores reportajes del escritor gallego Manuel Rivas, 59 para ser exactos, en los que habla con grandes dosis de ironía de periodismo, de idiosincrasias propias y ajenas, de la pobreza, del daño que se hace a la naturaleza y de otras tragedias. Para Manuel Rivas -nos lo contaba hace poco en una entrevista para la revista Infobibliotecas- hay una información que está “en las calles y las plazas”, y que con los aires de cambio que han soplado últimamente en nuestro país, ha empezado a circular de otra forma. “Ahora la información y la historia emergen juntas frente a la convención estadística, ese intento de mostrar la realidad manejado por los tecnócratas (…) Solo necesitaba empezar a circular y superar a los perros guardianes que decía Paul Nizan, los intelectuales cuya misión era precisamente impedir que la información circule”.

Otras recomendaciones

Crónicas de la mafia. Íñigo Domínguez. Libros del K.O. Seguimos con el género periodístico con este libro del corresponsal de “El Correo” en Roma, encontraréis “lo más bestia que he leído sobre Berlusconi y la mafia”, en palabras de su colega del diario El Mundo Irene Hernández Velasco, que seguro que ha leído muchas cosas sobre Berlusconi. Contiene el relato de los principales episodios protagonizados por la Mafia tanto en Italia como en EE.UU, además de una completa filmografía sobre el tema, con más de 250 películas comentadas que supone todo un repaso a cómo ha ido evolucionando la figura del gánster en la gran pantalla, y la fascinación que nos produce. “Mediante multitud de historias y anécdotas sangrantes que van rápidamente de lo trágico a lo cómico y viceversa, el autor nos describe la exitosa inoculación de la mafia en el Estado italiano desde sus mismos inicios hasta nuestros días”, han dicho de este libro en la revista JotDown. DestacadosNov15_CienciaFiccion“Ciencia ficción. Crónica visual del género más apasionante de la galaxia”. Guy Haley (ed.). Lunwerg Editores. De Frankestein a Avatar, de Verne y H. G. Wells a Isaac Asimoz, George Lucas o Spielberg, esta guía recorre todos los subgéneros de la ciencia ficción, en todos sus formatos -literatura, cine, cómic, videojuegos…-, todo en 500 páginas llenas de universos lejanos, viajes en el tiempo, amenazas científicas, superheroes y futuros apocalípticos, y con mucho material gráfico añadido. Una obra esencial para los aficionados y eruditos de tu biblioteca.

¿De los Beatles o de los Rolling?

En nuestra página de destacados podréis encontrar muchas otras recomendaciones, pero desde aquí vamos a cerrar esta entrada con un par de clásicos, porque en el fondo es lo que somos. Por un lado, con la edición en vinilo y CD del único que concierto que The Beatles dieron en Madrid, en la plaza de toros de Las Ventas, el 2 de julio de 1965, hace 50 añitos de nada. Se trata de una grabación que realizó José Luís Álvarez, entonces director de la revista Fonorama, y que durante muchos años se creyó que no era más que una leyenda urbana. No se trata de una grabación pirata porque se hizo con el beneplácito, contrato mediante, del mánager de los de Liverpool, Brian Epstein, y dicen que la calidad del sonido es óptima. Desde luego, se han tomado su tiempo para editarla. No sé, igual tenían dudas: ¿funcionará? ¿Habrá mercado para un disco así? Destacados1512_Beatles -anuncio conciertoY ya en DVD se ha editado The Rolling Stones From The Vault: The Marquee – Live In 1971, una actuación mítica de los míticos Jagger, Richard and Co, en el mítico Marquee Club de Londres, filmada por la televisión estadounidense un mes antes de que viera la luz el album “Sticky fingers”. En ella tocaban en directo por primera vez temas como “Brown Sugar”, “Dead Flowers”’, “Bitch” y uno de esos que pocas veces presentan en sus conciertos, “I Got The Blues”. Os dejamos precisamente con el vídeo de “Dead flowers”. Después de verlo estaréis de acuerdo conmigo en que en este concierto Jagger no puede estar más sexy con esa torerita de lentejuelas. Lo estaría incluso sin ella ;). ¡Feliz semana! ]]>

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Iconos culturales, en nuestros destacados del mes

Nos da igual cine, que música, que libros. Todo nos vale en este ritual de genuflexiones. Si no nos creen, pasen y vean. La librería más famosa del mundo”, de Jeremy Mercer (Malpaso Ediciones). Los fanáticos frecuentan siempre sus lugares de culto, y entre gente como nosotros, idólatras del libro, las librerías son templos y refugios. Shakespeare & Co es una de las más emblemáticas del mundo, y la obra de Jeremy Mercer que destacamos hoy es la reconstrucción con licencia de novelista de la crónica de ese lugar que ha sido posada de grandes y pequeños escritores de todo el mundo. Allí podían buscar un techo que les acogiera, y algunos se quedaban meses. ShakespeareCoFundada por Sylvia Beach (que ha pasado a la historia por este hecho y por haber publicado el “Ulises” de James Joyce), y comprada a la muerte de ésta por George Whitman, por allí dejaron su huella grandes como los de la Generación Beat, Samuel Beckett y Anaïs Nin. El libro es un maravilloso compendio de anécdotas literarias, casi un repertorio de las letras europeas y norteamericanas del s. XX. George Lucas”. Masters of Cinema Series – Cahiers du Cinema. Karina Longworth (Phaidon Press Limited). GeorgeLucascónicas como pocas son la saga de La Guerra de las Galaxias filmada por un tal George Lucas, y también las películas de Indiana Jones producidas por él y dirigidas por Steven Spielberg. En este libro -que forma parte de la colección Masters of Cinema, escritos por algunos de los críticos, periodistas y académicos más respetados del mundo- se presentan todos los trabajos de Lucas, con textos claros y concisos. Incluye imágenes de los rodajes, fotogramas y pósteres, datos biográficos y sinopsis de las películas. Todo muy informativo. Omega: historia oral del álbum que unió a Enrique Morente, Lagartija Nick, Leonard Cohen y Federico García Lorca”. Bruno Galindo (Lengua de Trapo). Del cine a la música, y de un referente internacional pasamos a iconos culturales patrios, aunque de lo más selectos. En este libro el periodista y poeta Bruno Galindo recompone, a partir de más de medio centenar de voces, la intrahistoria de un disco que ha hecho historia. Un álbum que revolucionó el flamenco y el rock, una obra que, como escribe Santiago Auserón en el prólogo, “más que un disco, es un movimiento cultural y social”. Es maravilloso leer cómo el fallecido Enrique Morente y Leonard Cohen hablan de flamenco y de Lorca, y también asistir a la narración de todo el proceso de gestación del LP (detalles etílicos incluidos) por medio de los testimonios de los protagonistas directos. Aquí podéis leer algunos extractos del libro. Un lujazo. Ennio Morricone” – The Album (Membram) Perdonad que seamos así de sinceros y radicales, pero si en vuestra colección musical no tenéis una buena recopilación de Ennio Morricone tendréis que replantearos qué clase de biblioteca sois 😉 Este señor ha compuesto la banda sonora de más de medio millar de películas y series de televisión, incluidos grandes clásicos del spaghetty western como “Por un puñado de dólares”, “La muerte tenía un precio” y “El bueno, el feo y el malo”, y otras películas cuyas bandas sonoras han hecho historia, como La misión y Cinema Paradiso. Es un compositor polifacético e innovador, y su capacidad de trabajo es legendaria. No puede faltar.

Novedades de cine

No queremos terminar hoy estas recomendaciones sin mencionar un par de novedades en DVD que son maravillas Made in Spain. Magical Girl Dirigida por Carlos Vermut e interpretada por Luis Bermejo, José Sacristán, Bárbara Lennie y Lucía Pollán, es una de las películas más complejas y sofisticadas que ha dado el cine español en los últimos años. Cine negro, con momentos hilarantes y también conmovedores. Brillante y perversa, no ha dejado de cosechar premios, entre ellos el reciente Goya a la mejor actriz protagonista para Bárbara Lennie. Cinco días para danzar Dirigida por José Andreu, esta película documental narra cómo dos bailarines, un holandés y una vasca, plantean un reto a los chavales de un instituto de San Sebastián: montar una coreografía en solo cinco días. La danza obligará a esos jóvenes a romper sus roles justo en el momento de sus vidas en el que se están forjando. Es una película independiente, financiada por medio de crowdfunding, que muestra el poder de ideas sutiles para cambiar la educación… y el mundo. Five days to dance / teaser en español from SUICAfilms on Vimeo. Y para acabar como empezamos, os dejamos con una canción mítica, en una versión delicada y brutal, poderosa y conmovedora: es el Stairway to heaven de Led Zeppelin interpretada por las hermanas Wilson (Heart), con los supervivientes de la banda -Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones- asistiendo al espectáculo. Con actuaciones así acabas comprendiendo el poder de la música. ¡Que la fuerza os acompañe! ]]>

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Recomendaciones: libros y música para el debate y el recuerdo, para la belleza y la libertad

1976referendum“Más allá de la democracia”, de Gilles Dauvé y Karl Nesic. (Lengua de Trapo) En un contexto como el actual, de descrédito de las instituciones y los partidos políticos tradicionales, de demanda de un sistema político más justo y con participación de la de verdad, se impone la necesidad de reflexionar sobre los límites de la democracia, y eso es lo que hace este libro de los franceses Gilles Dauvé, político teórico, y Karl Nesic, militante comunista. Para ellos, la igualdad dentro de esta democracia y dentro de nuestro sistema capitalista es una auténtica falacia, un concepto ideal que sirve para desactivar los conflictos sociales. El libro no plantea ideas o herramientas para arreglar los desperfectos de la democracia contemporánea, sino que habla de inventar formas radicalmente diferentes de hacer, de ser y de vivir. Desde luego, no puede ser un debate más actual. «1714. Cataluña en la España del siglo XVIII», Antonio Morales Moya (ed.). (Cátedra) También es de rabiosa actualidad el tema que aborda este libro, que habla de lo que pasó hace tres siglos con la derrota en 1714 del archiduque Carlos de Austria frente a Felipe de Borbón, con la que se puso fin a la Guerra de Secesión. Se trata de una fecha clave para el nacionalismo catalán, y por eso resulta interesante ahora su lectura, en un momento en el que asistimos a toda una revisión y recuperación de la historia en medio de una situación política que unos denominan “desafío soberanista” y que para otros es un proceso hacia la independencia, como máximo, o hacia el derecho a decidir, como mínimo. 1714Del libro han dicho que “no trata de legitimar el presente sino de comprender el pasado sin prejuicios ni manipulaciones apriorísticas” y que la voluntad es “aportar la luz del tratamiento científico y objetivo a unos temas extraordinariamente contaminados de prejuicios sectarios”. Está organizado en torno a tres vectores: la España de los primeros borbones; la guerra de Sucesión y la Cataluña que fue; y la Cataluña fabulada y su influencia sobre el nacionalismo actual. Ha sido editado por el profesor Antonio Morales Moya, catedrático emérito de la Universidad Carlos III de Madrid, pero en él participan destacados historiadores, juristas, politólogos, economistas. La conclusión última del libro es que los conflictos en las relaciones de Cataluña y el Estado no son producto de la naturaleza estructural sino el fruto de coyunturas históricas fluctuantes, no obedecen a la fatalidad, ni han sido nunca irreversibles. La historia es conflicto pero también diálogo y entendimiento.

La libertad, de otra manera

«La gallina que soñaba con volar», de Hwang Sun Mi (Nube de tinta) GallinasoñabaEste librito, la obra más conocida de la escritora surcoreana Hwang Sun Mi, es todo un clásico en su país, en el que se mantuvo en las listas de los más vendidos durante nada más y nada menos que diez años. Es una historia de búsqueda de la libertad… protagonizada por una gallina, que aunque dicho así no suene como muy atractivo, en realidad encierra toda una fábula llena de filosofía y ecologismo, que habla de cómo encontrar eso que los angloparlantes denominan “el sitio al que perteneces”, tu lugar en el mundo. Una historia breve, el tipo Juan Salvador Gaviota, que puede gustar a cualquier edad. El libro inspiró la película de animación más exitosa de la historia de Corea, y también se ha adaptado a cómic y se ha convertido en musical. Live to air, The Ramones Y hablando de volar en libertad, nada como ponerte un disco de los Ramones para hacerlo (metafóricamente hablando, nada de “balconing”). Esta recopilación contiene muchos de los himnos de la banda punk neoyorquina tocados en directo. Aquí tenéis una muestra. Pure Callas, Maria Callas Y no para volar, sino para elevar el alma y deleitarse con la belleza de la mejor voz de la ópera del s. XX, recomendamos este disco que recopila las grandes interpretaciones que hizo la soprano megasuperstar de obras de Bizet, Verdi, Puccini y otros grandes. Os dejamos con el amor, ese pájaro rebelde (que también vuela). ¡Feliz semana! ]]>

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De Manchester a Bahía: música y libros para un viaje en el tiempo

Hoy os proponemos un viaje por dos continentes con tres paradas, desde el presente a un pasado no muy lejano, acompañados de buena música y buenos libros sobre grandes músicos. Gente poco convencional, artistazos de los que dejan huella, de los que cambian cosas.

Primera parada

TheSmithsLa Inglaterra de 1984 no era esa dictadura futurista del Gran Hermano que había imaginado George Orwell, pero Margaret Thatcher ya hacía de las suyas. Apenas un mes antes del estallido de las huelgas mineras contra las políticas neoliberales de su gobierno, veía la luz el primer disco de una de las bandas míticas de la escena británica en la época del post-punk: The Smiths. Había nacido en Manchester un par de años atrás de la simbiosis de las densas guitarras de Johnny Marr y la poesía del célibe, vegetariano, cinéfilo y devorador de libros Morrisey.

De su música, su recorrido, su mundo y su legado, entre otras cosas, habla “The Smiths. Música, política y deseo”, una compilación de artículos de escritores, músicos, periodistas y hasta antropólogos – desde Nacho Vegas a Jon Savage, pasando por Víctor Lenore- llena de rock, pop, punk, sexo, poesía, disturbios, decadencia industrial, nihilismo y mucho más.

Aquí tenéis Panic, tema mítico de la banda, una carga contra la música disco más frívola “que no dice nada de mi vida”, que surgió cuando escuchaban cómo, en una emisora de radio, después de dar la noticia sobre el desastre de Chernobil, el d.j pinchaba la ligerita I’m your man, de Wham!

Segunda parada

Nueva York, 1967. En medio del apogeo del flower power, del amor libre, la marihuana y hippies sonrientes y bronceados, en el corazón de la Gran Manzana la vanguardia neoyorquina organizó su respuesta, con Andy Warhol y la Velvet Underground de Lou Reed y John Cale a la cabeza. Con la Velvet, Lou Reed creó un género propio, que ni era el rock que se escuchaba entonces, pero tampoco era pop; construyó un universo de palabras y música en torno a yonquis, camellos, travestidos, prostitutas y demás lumpen de callejones y avenidas, tan lejos del sol californiano. En solitario, navegó entre la poesía, la experimentación, el burlesque y, de nuevo, el rock. Era el tipo que quería convertir “Crimen y castigo” en una canción de rock’n roll, y que acabó haciendo de The Raven (El cuervo) de Edgar Allan Poe uno de sus álbumes más conceptuales.

lou_reedPara acercarnos al genio huraño que nos dejó en octubre pasado, os presentamos su biografía más reciente: Lou Reed. Su vida”, de Mick Wall, veterano periodista musical británico. Aunque más que “su vida” podría titularse “su música” porque el libro pasa bastante de puntillas por el lado privado de su vida (aunque no por el lado salvaje, porque sí que da cuenta de algunos de los detalles más escabrosos, y Reed acumulaba unos cuantos). Su infancia, sin embargo, se despacha en menos de diez páginas, y eso que fue difícil porque en su familia no entendían las tendencias sexuales del chico. Sí hace un buen repaso por la fascinante época con la Velvet, y de cada uno de los álbumes a los que dio a luz.

Última parada

Brasil, 1958. Desde Río de Janeiro a Bahía un nuevo sonido empieza a cruzar Brasil de la mano de jóvenes músicos Tom Jobim y Joao Gilberto y poetas como Vinicius de Moraes. La Bossa Nova era una versión de la samba callejera suavizada y aderezada con acordes disonantes provenientes del jazz. En poco tiempo extendió su influencia a toda una generación de músicos brasileños, y años después daría el salto internacional gracias a alguna que otra película y, sobre todo, al saxofonista estadounidense Stan Getz. La luz de Brasil, la belleza, el amor y el desamor, la saudade, a todo esto y más cantó la Bossa Nova, y esta recopilación trae lo mejor de cincuenta años de esa música. “Copacabana princezinha do mar / Pelas manhãs tu és a vida a cantar / E á tardinha o sol poente / Deixa sempre uma saudade na gente”, cantaba Tom Jobim en «Copacabana».

No nos queda más que gritar: ¡viva la música!

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Happy (de estar en una biblioteca)

Ya sabéis que de vez en cuando surge uno de esos fenómenos virales globales desde los selfies (izados a lo más alto por políticos y famoseo) hasta bailecitos coreanos sinuosos del tipo Gangnan Style. Unos tienen más gusto que otros, y algunos son interesantes y otros no.

 

El acontecimiento del momento nos encanta: es ese himno a la alegría en que se ha convertido la canción Happy de Farrell Williams, un genio de la música con una larga trayectoria en bandas como The Neptunes y N.E.R.D.S (gran nombre para un grupo), pero también en solitario y produciendo o colaborando en trabajos de otras grandes estrellas como Britney Spears, Miley Cyrus y Daft Punk. Miles de personas en todo el mundo han llenado Youtube de vídeos corales bailando la canción, de Nepal a Gaza, incluyendo decenas de ciudades españolas. Verlos es una auténtica experiencia de alegría de vivir contagiosa, de celebración de todo lo que nos puede unir superando cualquier frontera, interior, exterior o semiadosada.


Y sí, lo habéis adivinado, la cosa ha llegado también a las bibliotecas. Aquí os dejamos algunos de los vídeos que hemos encontrado.

 

Allá en Wisconsin

No tiene desperdicio el que han realizado los del Distrito Oeste de De Pere (Wisconsin, EE.UU) para celebrar en abril el Mes de la Biblioteca Escolar y demostrar lo felices que están con su biblio (no me extraña). ¡Ay, que maravilla lo de ser niño y que te dejen hacer lo que te dé la gana en la biblioteca!

 

También en EEUU, esta vez en la Biblioteca pública del condado de Anniston-Calhoun (sweet home Alabama), adorables ancianitas y un primo de Harry Potter, entre otros, nos bailan porque se sienten como una habitación sin tejado…

 

Mucho arte el de algunas de las trabajadoras de la biblioteca pública de Port Washington. Ellas y ellos, muy voluntariosas/os, saben que la felicidad es la verdadera verdad. No me digáis que Jessica Ley no es total…

 

Y también fuera de EEUU encontramos gente muy happy con su biblioteca. Nuestros preferidos son los de la pública Bródy Sándor, en Hungría. Pedazo de vídeo que se han currado, lleno de ritmo, humor y animalitos varios. Y sale un niño con la camiseta del Real Madrid, que estos días estará aún más contento…

 

No hemos encontrado ninguno de bibliotecas españolas o latinoamericanas, pero si alguien conoce alguno o se anima, aquí estamos más que dispuestos a colgarlo. Y si nos invitáis a bailar con vosotros, igual hasta nos lo pensamos… Have a happy day!

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My way, de París a las Vegas

En nuestro imaginario cultural, ese desván en el que se acumulan todas las imágenes, sonidos y palabras que alguna vez hemos compartido con los demás, habitan canciones que nunca dejan de estar vivas. Hace poco reseñamos en Infobibliotecas.com la versión que Silvia Pérez Cruz hizo del Ne me quitte pas de Jacques Brel. Este tema ha sido versionado hasta la saciedad, pero hay una canción que la supera con creces y que esconde una sorprendente historia: sinatraMy way, de Frank Sinatra, la canción que, según su editorial (Warner Chapell), cuenta con más versiones y la que más veces ha sido radiada.

Parecería que la historia de My way arranca con Sinatra, que en 1969 tituló de este modo un álbum. Después, el tema ha sido versionado por rockeros, flamencos, rappers… Sinatra la cantaba en el apogeo de su carrera. El tono a la vez triunfal y agostado de la música y una letra que mezcla la nostalgia y la chulería parecían servir de epitafio a todo un modo de vida, los años gloriosos del rat pack en Las Vegas, una época de éxito, mujeres, excesos y triunfos noche tras noche que empezaba a declinar ante el auge de la naciente contracultura. “He vivido una vida plena, viajé por todos y cada uno de los caminos. Y más, mucho más que esto, lo hice a mi manera”.

Desde el primer momento se convirtió en un himno, una canción capaz de adaptarse a cualquier género. sex-pistolsQuizás su versión más llamativa fue la de los Sex Pistols: los enemigos por antonomasia de la moral burguesa echaban mano del tema precisamente para terminar eliminando a tiros a su trajeada audiencia.

La desoladora muerte del cantante Sid Vicious poco después agrandó el alcance de My way como himno crepuscular.

Lo llamativo es que esta canción no nace en los casinos de Las Vegas sino en las calles de París. Su compositor, Jacques Revaux, ofreció el tema a diversos cantantes, pero sólo su amigo Claude François accedió a grabarla, con un discreto éxito. En su letra francesa, la canción era un retrato de la modorra de la vida conyugal, en la que la convivencia elimina toda pasión y todo de hace “como de costumbre”, de ahí el título original Comme d´habitude .

La casualidad quiso que el músico y compositor Paul Anka se encontrase con la canción durante unas vacaciones en Francia y se hiciese con los derechos para su adaptación en inglés. Sinatra, que estaba en una época un tanto errática, se entusiasmó con el tema cuando Anka se lo mostró: potenciaba su imagen de vividor, pero con elegancia, por encima del bien y del mal, con un cierto grado de gravedad, ya que la canción echa la vista atrás a modo de testamento.

Desde ese 1968, se convirtió en uno de los imprescindibles del repertorio no sólo de Sinatra, sino de todos los que seguían sus pasos como crooners. Y, año tras año, fue adaptada por unos y otros: hay una versión flamenca de los Gipsy Kings, una del rapper Jay Z, aproximaciones pasadas de vueltas como las de Pogue Shane McGowan o la punk alemana Nina Hagen….

En España, Los Piratas del carismático Iván Ferreiro la incluyeron como único tema en inglés de su repertorio. El punto de vista del vividor maduro de vuelta de todo pero aún con fuerza para una última copa o un postrero desliz fue usado por Viagra en un anuncio en el que un grupo de hombres maduros coreaban a Sinatra para cantar las alabanzas a la mágica pastilla azul que les había mostrado, de nuevo, su camino.

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Grandes clásicos (de la literatura, el rock, el punk, los viajes), en los destacados del mes

Este mes nos hemos puesto clásicos. Sí, así, sin complejos. Aunque tenemos que advertiros que lo de clásico va en sentido amplio, porque en las recomendaciones que hacemos este mes no nos vamos siglos atrás. Nos quedamos cerca en el tiempo y atacamos ámbitos culturales diversos, que es lo que más nos gusta, con parada especial en la música popular. Empezamos.

Mundo de papel. Cuentos para un año (II). Luigi Pirandello. (Nórdica Libros).

mundo-de-papel-cuentos-para-un-ano-ii-9788492683642Es conocido sobre todo por ser uno de los dramaturgos más influyentes del siglo XX, pero Pirandello también se adentró en otros géneros. Aquí destacamos el segundo tomo de lo más desconocido de su obra, sus cuentos, relatos que presentan todo un retrato, fresco y humorístico, de su Sicilia natal y de la Italia que le tocó vivir, a caballo entre el siglo XIX y el XX, tiempos convulsos de risorgimiento, unificación y fascismo. Sus personajes, una y otra vez emprenden la lucha cotidiana por atrapar el sentido de la vida, en situaciones llenas de ironía, cercanas muchas veces al absurdo; en relatos que, no obstante, son todo menos superficiales. Pirandello planeó escribir uno para cada día del año, pero la muerte le interrumpió cuando llevaba escritos casi dos tercios de ellos.

Estamos muy rockeros

Y por eso empezamos recomendando “Crónicas del rock”, editada por Lunwerg.  Esta especie de enciclopedia del género presenta, por orden alfabético desde AC/DC a ZZ Top, pasando por Chuck Berry y Mano Negra, los perfiles y discografías de más de 250 bandas legendarias del rock, y más de 1.750 músicos individuales. Un libro muy interesante para consultas rápidas, para perder el tiempo saltando de una historia a otra, y para detenerse en las bandas más influyentes, como The Beatles o The Who, sobre las que hay contenido extra.

Sin abandonar género musical, en cine tenemos “Springsteen and I”, un film dirigido por Baillie Walsh y producido por Ridley Scott, estrenado el pasado 22 de julio para conmemorar el 40 aniversario del primer album del jefe, «Greetings from Asbury Park». La peculiaridad de este documental es que está hecho por sus fans, es decir, que lo que recoge son grabaciones inéditas de sus conciertos realizadas por los seguidores del rockero de Nueva Jersey. «Esta hermosa película artesanal nos presenta una mirada poderosa y única de la relación de un artista y el impacto que tiene en aquellos que conectan tan profundamente con su música», ha dicho de ella Ridley Scott. Aquí va un aperitivo.

Y no solo de rock vivimos en Infobibliotecas. En los destacados en música de este noviembre, la cosa está de lo más ecléctica, desde el pop electrónico británico de los Pet Shop Boys recogido en el álbum “Pop Art” -que recopila los sencillos que llegaron al Top 20 de las listas británicas-, hasta el punk neoyorkino de los Ramones (sí, esos a los que de mayor quiere parecerse Mario Vaquerizo), con “Sire years 1976-1981”, una caja que recopila los primeros seis álbumes de la banda.

Arte y viajes para niños

¿Hay algo que le guste más a los niños que pringarse los dedos con pintura y manchar todo lo que esté a su alcance? Pues para canalizar esos deseos compulsivos (de los que no tenemos claro si Freud dijo algo) y hacer volar la imaginación de los más pequeños, recomendamos “Arte, deja tus huellas”, de Marion Deuchars, editado por Coco Books. En él se pueden encontrar decenas de ideas para crear dibujos con manos y dedos.

Y no solo el arte abre las mentes. También viajar ayuda a descubrir y entender el mundo, nuestra realidad y la de los otros, desde puntos de vista diferentes. Descubrir podría ser perfectamente el primer apellido de casi cualquier niño, y para acompañarles en sus periplos, Nórdica ha iniciado la colección “Soñando ciudades”, de la que os presentaros en los destacados del mes el libro “Londres para niños”, una estupenda guía de viajes por la ciudad ilustrada por el checo Jindra Capek, Premio Gráfico de Bolonia. La guía hace recorrido por todos los lugares emblemáticos de la capital británica, históricos como el Tower Bridge y Trafalgar Square, y nuevos clásicos como la Tate Modern, sin olvidar sus icónicos autobuses de dos plantas y el cambio de guardia de Buckingham Palace. Un buen compañero de viaje para uno de un destino turístico clásico, que propone, además, actividades para hacer con los niños durante la visita.

Esperemos que os gusten los trabajos que hemos destacado. Tenéis más pinchando en este enlace. Como siempre, agradeceremos cualquier comentario que tengáis al respecto. ¡Que disfrutéis!

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